En repetidas ocasiones he platicado con gente que me dice que de verdad no les gusta correr.
Las razones son diversas, algunas veces son todas juntas: “no sé cómo respirar, me sofoco muy rápido, me siento pesado (a), siento que no avanzo, no llevo ni cinco minutos y me canso, siento que el tiempo pasa lentísimo, me aburro, no lo disfruto, no es divertido”.
“Entiendo”, es mi respuesta, generalmente. Y luego sigue el interrogatorio, hacia mí: “¿En qué vas pensando? ¿Cómo haces para respirar sin sofocarte? ¿Cómo haces para no aburrirte? ¿Para qué no te duela?”
El asunto está en que todo eso que sienten es real, correr no necesariamente genera diversión inmediata, sin embargo, correr genera muchas cosas positivas.
Correr es un tiempo para desconectarte del mundo, de disfrutar estar al aire libre, de relajarte y al mismo tiempo hacerte sentir energizado, saludable y con la sensación de haber logrado algo.
Por si fuera poco, es una gran forma de ejercicio y quema de calorías. Pero claro, las primeras veces que corres, el cansancio, pesadez y aburrimiento es real, incluso lo podría dramatizar más: se siente como si trajeras un protector bucal que no te deja respirar o como si trajeras una piedra amarrada a la cintura que no te deja avanzar y eso no suena nada divertido; el parque, la pista, la caminadora se vuelve el escenario más aburrido que hayas visto jamás, un lugar de tortura.
Todos los corredores pasamos por este periodo de ‘no me gusta correr’, pero la buena noticia es que también todos podríamos superar por completo estas incomodidades y correr felices, sintiendo todo lo contrario: ligereza, libertad, rapidez, disfrutar el tiempo, diversión e incluso felicidad. ¿Cuál es el secreto?
En esta columna hablaremos de diferentes temas acerca de este gran deporte que es correr, temas que te apoyarán a cuidar tu salud, tu nutrición, cuidados para evitar lesiones, entrenamientos, tipos de carreras y más temas que te ayudarán a pasar de ser una persona inactiva que ‘no disfruta correr’ a una persona que ‘ama correr’ puede tomar varios días, semanas o meses. Pero puedo garantizar que una vez que se cruza el puente de los lamentos es increíble, relajante, liberador y empezarás a disfrutar de los grandes beneficios que aporta esta actividad.
Mi nombre Roberto Jiménez Rodríguez.
Ingeniero y preparador físico.
“La mejor manera de empezar algo, es dejar de hablar de ello y hacerlo”.




