Cuando Ramiro Ramos Salinas participó en la carrera por alcanzar la nominación del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, bien se sabía que no tenía oportunidad de lograr el objetivo.
Sin embargo, estaba claro que su participación se daba en la búsqueda de posiciones en el corto y mediano plazo, como, por ejemplo, desempeñar una función estratégica y específica en el equipo de campaña de quien fuera designado candidato, responsabilidad que fue asumida por Baltazar Hinojosa Ochoa.
En ese contexto, el Jefe de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado levantó la mano una y otra vez para ser tomado en cuenta por el candidato y por el círculo cercano de éste, pero… nunca fue convocado, como tantos otros nunca fueron llamados. La operación cicatriz ni siquiera se puso en marcha.
Incluso, el nativo de Nuevo Laredo, en su tiempo libre y durante los fines de semana, ofreció, por su propia cuenta, un curso legislativo intensivo a los candidatos priistas a las diputaciones locales, a fin de que entendieran a fondo de lo que se trata la aspiración de llegar al Congreso estatal. La idea era mejorar la propuesta.
El jefe de la bancada tricolor en el Poder Legislativo tamaulipeco esperó la llamada telefónica, la señal y la cita para integrarse a la campaña electoral de Baltazar Hinojosa, pero se quedó en la banca -ni siquiera lo llamaron a ‘calentar’- y nunca entró al terreno de juego.
Al verse en esa situación, Ramiro Ramos Salinas optó -seguramente a través de Marco Antonio Bernal, otro de los aspirantes que compitieron en pos de la candidatura del PRI a gobernador del estado- por buscar al presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Revolucionario Institucional: Manlio Fabio Beltrones.
El diputado local tamaulipeco prácticamente le pidió al jefe de la tribu tricolor que le diera una chamba en la que se mantuviera muy activo en la época electoral que culminaría el domingo 5 de junio.
Manlio Fabio Beltrones analizó dónde podía ser útil el legislador de Tamaulipas y encontró un estado donde las cosas pintaban sumamente difíciles para el PRI, ya que el PRD aparecía en el primer lugar de las encuestas en la contienda por esa gubernatura: Tlaxcala.
De esa forma, el primero de mayo, cuando las campañas electorales ya se encontraban en plena ebullición en las 12 entidades que iban a registrar cambio en las gubernaturas, Ramiro Ramos Salinas tomó protesta como nuevo delegado del CEN del PRI en Tlaxcala. La tarea que le dio el sonorense era una sola: ganar.
El tamaulipeco fue recibido en tierras tlaxcaltecas por el presidente estatal del priismo, José Luis Ramírez Conde, y por el candidato tricolor a la gubernatura, Marco Antonio Mena. Incluso, en su toma de protesta como delegado estuvo presente la subsecretaria de organización de la dirigencia nacional priista, Ana Bertha Silva Solórzano.
En un mes, Ramiro Ramos Salinas le echó todas las ganas para sacar adelante su responsabilidad como delegado del CEN del PRI en Tlaxcala y cumplir con la misión asignada: ganar la gubernatura. Y cumplió.
Así fue: Marco Antonio Mena Rodríguez remontó las tendencias y se llevó el triunfo en las urnas más de 189 mil votos, mientras que su más cercana contrincante, la perredista Lorena Cuéllar Cisneros, se quedó con 175 mil sufragios.
La victoria priista fue validada por el Consejo General del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones, que otorgó la constancia de mayoría a Marco Mena, documento que lo acredita como gobernador electo de ese pequeño estado.
Pero lo relevante para el comentario político en tierras tamaulipecas, fue el hecho de que Ramiro Ramos Salinas -todavía delegado en esa entidad- participó en el triunfo priista por esa gubernatura, una de las cinco en donde sí pudo ganar el Revolucionario Institucional.
Y esa victoria ya aparece de manera significativa en el curriculum del político nacido en Nuevo Laredo, quien tiene la firme intención de consolidar su trayectoria rumbo al futuro.
EL PARQUE URBANO DE TAMPICO
Un punto que se debe destacar: el proyecto del ‘Parque Lineal Urbano Andonegui’, que se construirá en Tampico, fue realizado por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad Autonóma de Tamaulipas (UAT).
El proyecto fue entregado ayer por el Rector de la máxima casa de estudios, Enrique Etienne Pérez del Río, a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) del gobierno del estado y al Ayuntamiento jaibo.
‘Esta es la universidad con la que todos soñamos, una universidad vinculada que se preocupa y ocupa por mejorar las condiciones de la sociedad’, dijo el Rector de la UAT.
Con la entrega del proyecto, se cumplen con tres tareas esenciales de la Universidad: la academia, la investigación y la vinculación con los diferentes sectores sociales.
‘Esta es la presencia de la UAT, una institución sólida, porque estamos unidos con un objetivo claro, ser los mejores y vamos a luchar por ello’, expresó Enrique Etienne Pérez del Río al referirse al proyecto que rescatará el espacio urbano entre el antiguo Penal de Andonegui y el Puente Tampico.
