* El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
Está científicamente comprobado que a partir de la corrupción se generan los problemas de la república y que la mayor desgracia es la existencia de políticos y partidos que los patrocinan, los cuales con singular prestancia se apoderan del patrimonio social. Por ello no extraña que el senado haya aprobado finalmente una caricatura de ley que presuntamente transparentaría el quehacer público. Se trata como sabéis de la mentada fórmula “tres de tres” integrada por el mismo número de declaraciones relativas al conflicto de intereses, patrimonial y fiscal enviada al cesto de la basura con olímpico desprecio.
En este sentido el tricolor y sus satélites se salieron con la suya bajo el argumento de que los funcionarios estarían en riesgo al cuantificarse sus bienes de manera abierta y
transparente. Imaginamos que el temor se deriva de la riqueza acumulada justo en los diversos cargos oficiales desempeñados, de otra forma no estarían tan angustiados de que el mundo-mundial se entere de sus haberes.
El asunto es que casi todo seguirá como siempre, lo cual equivale a que el famoso “sistema nacional anticorrupción” pasa a convertirse en otro cuento de hadas. Recodéis que el temido “tres de tres” nació de la exigencia ciudadana por conocer el estado que guardan los bienes de aquellos(as) que tienen la fortuna de transcurrir no sólo por las nóminas oficiales sino del uso del poder con todas sus ganancias y variantes. En este punto ni como dejar de mencionar los escándalos relativos a la célebre “casa blanca” de la familia presidencial y lo supuestos privilegios al actual Secretario de Hacienda para facilitar otra propiedad de orígenes semejantes.
Lo anterior fue una sacudida para la opinión pública que dio motivo para que 635 mil ciudadanos registraran sus firmas proponiendo la fórmula “tres de tres” la cual quedó institucionalmente rechazada la madrugada de este miércoles con una diferencia apenas de ocho votos. Elemental, la mayoría senatorial no iba a votar en su perjuicio con todo y las críticas que ello habría de producir. Sea que asumen “el costo político” pero salvan el secreto de sus respectivos patrimonios.
Después de conocido lo que fue, usted dirá que los discursos contra la corrupción y opacidad oficial seguirán siendo falsos de toda falsedad, es decir, vana palabrería de verbo oportuno para la cosecha del aplauso fácil. En tanto la salud del país empeora atacado por una enfermedad en estado terminal que conduce inexorablemente a una crisis de proporciones no imaginadas. ¿Otra?.
De verdad os digo que antes de este miércoles por la madrugada, existía la esperanza de que los políticos del tricolor y sus satélites entendieran la urgencia de que la república enfrentara la corrupción con argumentos legales que permitieran la salvación moral de las instituciones y sus consecuencias sobre la justicia social, pero ya vemos que no pasó de ser “un sueño guajiro” o mejor dicho, un voto a favor de la ingenuidad, que no es lo mismo pero es igual.
¿PODRÁ EL PAN?
Dícese que el nuevo gobierno que inicia el primero de octubre por estos andurriales, “obligará” a sus funcionarios a cumplir con el “tres de tres”. Uno se pregunta si será posible tomando en cuenta que siendo ilegal dicho mandato, nadie se verá forzado a cumplirlo a pesar del riesgo de perder “la chamba”. Y es que se apoyarán en el mismo argumento del senado. Sea el peligro personal y de su familia. Frente a esto y la situación que priva en la entidad ni modo de negar que estarían en el derecho de preservar su seguridad a pesar de que el resto de la población se la pase rezando todo el santo día y parte de la noche y pue-que hasta el amanecer. En concreto como diría el albañil, quedamos en las mismas respecto de la transparencia.
Mientras tanto Cabeza de Vaca insiste en la creación de una fiscalía especial. Habría que verlo digo yo. ¿Hasta dónde convendría al PAN inquietar aun más a un estado que acaba de conquistar cuando la elección presidencial está casi a la vuelta de la esquina?. Que no olvide a la mitad ciudadana que votó por el PRI misma que estará dispuesta a rescatar lo rescatable. Querámoslo o no, Tamaulipas está dividido y ni modo que sea invento. Ahora sí que el futuro está en japonés por no decir que está en chino.
SUCEDE QUE
Muy loable la actitud de Edgardo Melhem Salinas en sus deseos de salvar lo que queda del PRI pero hay que tener presente que su carrera la ha hecho fuera de Tamaulipas. Este chico noble y de buen corazón no sabría por dónde empezar. Por otra parte cierto es que pocos se atreverían a tan penosa tarea. Y luego sin recursos. ¡Válgame el Señor!. Aunque verdad sea dicha, el tricolor siempre fue tratado como oficina de tercera categoría y ahora podría ser “pior”… Oiga, al igual que cualquier partido en el PAN tamaulipeco hay de todo, sea que los respectivos próceres piensan y actúan diferente en la frontera, centro o sur de la entidad. Sin embargo, es lógico que la mayoría se verá ampliamente beneficiados el próximo sexenio. Algunos ya fueron probados durante la docena trágica azul y la verdad con dudosos resultados. Sea como fuere nada les quita que trotan “en caballo de hacienda” rumbo a quién sabe dónde. ¡Órale!.
Y hasta la próxima.




