* El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
Para el PAN ganar la gubernatura apenas fue el primer paso. No sabemos si lo que viene sea todavía más difícil pero de que a Francisco García Cabeza de Vaca le espera una misión casi imposible, eso-que-ni-que. Hasta ahora solo sabemos de algunas medidas para combatir la inseguridad que sin duda es lo más importante, sin embargo la problemática es mucho más amplia e incluye todas las exigencias de cualquier comunidad en vías de desarrollo. Desde los servicios básicos hasta estrategias que realmente tengan que ver con una mejor calidad de vida.
Usted dirá que no puede quedar al margen la mentada “reconstrucción del tejido social” y tiene razón, considerando que por todo lo que sucede, la comunidad se encuentra inmersa en una pesadilla surrealista. Y no es exagerado porque a pesar de los esfuerzos y los recursos empleados a veces creemos que la existencia no pasa de ser un estado de ánimo y en ocasiones ni eso.
El asunto es que el sexenio que se avecina ha de ser histórico por muchas razones. Alguna vez el escribidor señaló que el proceso rumbo a la gubernatura de Tamaulipas era como la rifa del tigre por la inmensa tarea por realizar y ahora haciendo un recuento de todo lo pendiente creo que no nos equivocamos. Olvide las diferencias con el PRI y varios de sus principales actores y todo lo que puede derivar de una alternancia como la que estamos a punto de testificar, cuando lo sustancial será conquistar la confianza no por medio de escándalos que al final de cuentas no reditúan ganancia social, sino con trabajo y buena voluntad. Sin duda esto último será de mayor valor para las mayorías ansiosas de progreso y bienestar.
Faltan poco más de tres meses para que el nuevo régimen se haga cargo de la administración del estado, puede ser poco o mucho tiempo, depende. Sin embargo el columnista considera que el equipo triunfador ya debiera hacer públicos sus planes y proyectos en las diversas áreas. Aclaremos que durante la etapa de proselitismo se tocaron algunos aspectos pero no con la profundidad necesaria. En este sentido aceptemos que sólo fueron temas de campaña pero eso ya pasó.
De manera que para García Cabeza de Vaca ganar la gubernatura apenas fue el primer paso, es obvio que sin esto no habría lo demás, pero ya lo hay. El PAN pronto será gobierno y ha de comportarse como tal con todas las dificultades que implica tener en Los Pinos a un partido adversario del que dicho sea, “ya le hace agua el barco” por no decir que se lo está llevando San Cuilmas y con serias posibilidades de perder la presidencia de la república. El ejecutivo del próximo régimen estatal entonces, tendrá que batallar con el gobierno federal por lo menos dos años. Y quizá más si es que el PAN no logra el triunfo en el 018. Lo cierto es que Tamaulipas requiere de amplio apoyo federal y no sabemos si Peña Nieto y el resto de sus funcionarios estén dispuestos y en aptitud de hacerlo. No solo por los rencores de orden político que sin duda los hay, sino por el lamentable estado en que se encuentran las finanzas y la moral republicana. Y deje que el titular de Hacienda podría ser de los más “enmuinados” por los motivos que imaginará.
Una actitud inteligente de Cabeza de Vaca es anticipar que no perderá el tiempo en “cacería de brujas”. Culpas y responsabilidades saldrán durante el camino, ahora lo que interesa es atender donde más le duele al estado. Algo así como someterlo a terapia intensiva para que recobre la confianza, restablezca el tejido social y supere el mal mayor que no es otra cosa que la inseguridad. Con eso la paisanada se dará más que bien servida.
¡VIVA MÉXICO CAHONES!
Mientras tanto está científicamente comprobado que el tema de la corrupción provoca ardores de alto impacto. ¿Cuándo íbamos a creer que hasta los dueños del capital salieran a protestar como cualquier proletario en vías de extinción?. Pues tan mal anda el país que ya sucedió. Bastó que algún senador propusiera que también los empresarios debían hacer la declaración “tres de tres” bajo la suposición de que no todos tienen las manos limpias como para arrojar la primera piedra. Recordéis que la dirigencia de Coparmex es una de las más insistentes en que se aprueba dicha ley aunque solo respecto de lo funcionarios.
Como respuesta se pidió que también se incluyeran a los patrones en considerando que un buen de empresas prestan servicios al gobierno y por lo tanto resultan beneficiados con dinero público. “¡Sopas perico!” como solía decir el recordado Eustolio Hernández y Cavazos. Oiga a propósito son tantos los amigos y compañeros desaparecidos que este columnista va por la calle y no conoce a nadie, acude al panteón y los conoce a todos. En fin. Lo cierto es que los patrones se sienten ofendidos por la alusión que lastima su honra y también salen a las calles de la ciudad de México con la salvedad de que las autoridades no los señalan como provocadores de contaminación ni de afectar el tránsito vehicular y peatonal mucho menos de dañar al comercio establecido. Digamos que es la parte light de la inconformidad.
SUCEDE QUE
Ramiro Ramos Salinas debe estar satisfecho. Cumplió con su cometido. Entrega buenas cuentas y la mejor recompensa es el reconocimiento de sus compañeros (incluidas todas las fracciones) que avalan su trabajo. No es fácil en las circunstancias que vive el estado. El escribidor considera que Ramiro es la nueva generación que merece la oportunidad de rescatar la dignidad de su partido. Él mejor que nadie sabe que los tiempos que se avecinan pondrán a prueba su vocación partidista y sus buenas artes para sacar a flote el barco tricolor. No sabemos si su intención sea regresar a Nuevo Laredo y aislarse de la política o si por el contrario estaría dispuesto a participar en singular combate desde la oposición en que se convertirá el PRI a partir de octubre próximo. Sea como fuere debiera verlo como un reto, digo yo.
Y hasta la próxima.
