CIUDAD DE MÉXICO.- Caasi siete años de la muerte del cantante Michael Jackson , informes policiales han revelado que en el rancho ‘ Neverland’ en California (EE.UU) fue encontrada una extensa colección de pornografía infantil, informa ‘ The Daily Mail’.
Dicha búsqueda se llevo acabo en Noviembre del 2003 cuando la estrella de pop se encontraba en Las Vegas, en ese momento autoridades de la oficina fiscal y policías entraron a su rancho para encontrarse con lacolección de pornografía, en las que se podían ver fotos y videos de niños y adultos en “actos perversos”.
La investigación inició cuando un joven acusó a Michael Jackson deabusos sexuales en numerosas ocasiones a manos del cantante.
Se reporta que el dormitorio y el baño de Jackson albergaban en torno a siete colecciones de fotografías pornográficas de jóvenes adolescentes e incluso de menor edad. Además, los informes apuntan a la existencia de imágenes de sacrificios de animales.
“Tenía imágenes repugnantes y francamente impactantes de tortura de niños, adultos y niños desnudos y de sadomasoquismo”, apunta un investigador.
“Los documentos revelan a Jackson como un depredador manipulador y loco por las drogas y el sexo que utiliza la sangre, imágenes sexualmente explícitas de sacrificios de animales y perversos actos sexuales adultos para someter a los niños a su voluntad”.
“Una gran parte de ese material se utilizó para suprimir la sensibilidad de los niños”. “Michael admitió haber puesto a un niño tras otro en su cama durante largos periodos de tiempo. Identificamos a cinco chicos que alegaron abusos sexuales. Para mí no hay duda de que Michael era culpable de haber abusado de menores”, indicó Ron Zonen, ayudante del fiscal de distrito de Santa Bárbara.
Tras el registro de la propiedad de Jackson la justicia emitió una orden de arresto contra el cantante. Posteriormente, Jackson se entregó a la policía al regresar de Las Vegas.
Luego de ser acusado por siete cargos de abusos de menores y dos por haber suministrado un producto tóxico a un menor de 14 años, el cantante pagó aproximadamente 200 millones de dólares para que sus supuestas víctimas guardaran silencio.