El gurú de la política mexicana, el mismo que fue gobernador, tres veces diputado federal, senador, que logró torcerle el brazo al presidente ENRIQUE PEÑA NIETO para que consintiera su llegada a la dirigencia nacional del PRI y que aspiraba a ser candidato presidencial, está hoy en la lona. MANLIO FABIO BELTRONES renunció a su cargo tras la debacle electoral del 5 de junio, no sin antes lanzar una severa descarga de culpas.
“Lo que los gobiernos hacen, sus partidos lo resienten”, dijo al anunciar su dimisión. No se necesita ser experto en política para advertir que estaba involucrando en la crisis priísta al mismísimo PEÑA NIETO, aunque no lo haya dicho explícitamente. Para nadie es un secreto que el jefe del ejecutivo federal enfrenta una seria caída de popularidad tras los escándalos que se iniciaron con la famosa “Casa Blanca” de su esposa y que fue una de las causas por las cuales el tricolor perdió siete gubernaturas, entre ellas las de Veracruz y Tamaulipas.
Pero fue más concreto al referirse a la corrupción de muchos gobernadores, aunque tampoco los citó por sus nombres. Ojalá de sus labios hubiera salido el nombre del veracruzano JAVIER DUARTE DE OCHOA.
La verdad es que BELTRONES se ensoberbeció desde que logró llegar a la presidencia nacional del PRI dejando en el camino a otros aspirantes allegados al presidente de la república que se vio, como en muchos otros casos, incapaz de aplicar sus propias soluciones. El ex-gobernador de Sinaloa se envaneció al grado de decir que su partido ganaría nueve de las doce gubernaturas en juego.
A Tamaulipas, concretamente a Tampico, vino a denunciar que tres candidatos de su partido a otras tantas alcaldías, habían sido cooptados por la delincuencia organizada para que trabajaran a favor del candidato panista JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA. Nunca pudo demostrar la certeza de sus imputaciones.
Pero, al margen de sus yerros, nadie podría regatearle su dicho de que los actos de los gobernantes inciden en sus partidos, aunque lo haya pronunciado a toro pasado en lo que constituye una repartición de culpas y una afirmación de que a él se le considera un chivo expiatorio.
BELTRONES siempre fue una piedra en el zapato para el equipo de ENRIQUE PEÑA NIETO desde que le disputó la candidatura presidencial. Hay quienes dicen que desde la propia presidencia se habrían concertado acuerdos con el PAN para cederle a éste territorios como forma de deshacerse de MANLIO FABIO.
Sea como fuere, resulta claro que el sinaloense no se fue conforme y convencido de que él es el culpable del desastre electoral. Se le notaba en el rostro rumiando su coraje, pues vio venirse al suelo sus aspiraciones presidenciales. Y dicen que un político desempleado es mucho más peligroso. No resultaría extraño que desde ahora y desde las sombras, BELTRONES busque desquite con el grupo en el poder que gradualmente lo fue cercando hasta ponerlo en la picota del ridículo. Después de todo, no se puede desconocer que tiene más experiencia política que la mayoría de los miembros del actual gabinete e incluso el mismo PEÑA NIETO.
Y uno de los damnificados del desplome beltronista sin duda lo es el tamaulipeco MARCO ANTONIO BERNAL GUTIÉRREZ, que hasta hace pocos días era mencionado como un serio prospecto para dirigir al PRI en nuestro estado. Ahora, el relevo de RAFAEL GONZÁLEZ BENAVIDES, otro fracasado del 5 de junio, tendrá que esperar a que se designe al nuevo presidente
nacional del partido, que, de botepronto, no sabemos de dónde saldrá.
Por otro lado, el país y el mundo se escandalizaron el domingo por el sangriento choque entre fuerzas policiales e integrantes de la CNTE en Oaxaca, que tuvo un saldo de ocho muertos y decenas de heridos, en lo que parece ser el inicio de una de las más graves crisis del gobierno de PEÑA NIETO.
La policía federal asegura que sus elementos no estaban armados, aunque aceptó que tras de los primeros disparos se ordenó la intervención de grupos de combate. Se dice que las fuerzas del orden dispararon contra los manifestantes.
En el caso de la CNTE ha existido un enorme vacío de acción. El secretario de Educación Pública, AURELIO NUÑO, simplemente se ha limitado a decir que se despedirá a los docentes que no acudan a sus labores, sin tener el menor propósito de buscar una conciliación con un sector que se encuentra bajo su jurisdicción.
Por otro lado, el secretario de Gobernación, MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG, más preocupado por sus aspiraciones presidenciales, al parecer no se preocupó por emplear los servicios de inteligencia para detectar la posible ingerencia de grupos armados ajenos al conflicto magisterial.
Pasados los trágicos acontecimientos del domingo en Nochixtlán, ahora sí aparece diciendo que ha convocado a un diálogo con los disidentes, cuyos principales líderes, por cierto, han sido encarcelados. Hasta parece que estaba detrás de la puerta escuchando lo que ocurría para luego aparecer como el salvador de la situación.
El domingo 5 de junio, siete gubernaturas quedaron en manos de fuerzas distintas al PRI. El domingo 19 de junio, una situación fuera de control derivó en hechos sangrientos que han sido difundidos internacionalmente y que podrían convertirse en detonador de una mayor inestabilidad política en el país. Todo ello no es más que señal de que a ENRIQUE PEÑA NIETO se le está haciendo bolas el engrudo.
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