Ante la proximidad de la terrible desventura de dejar sus cargos, y quedarse sin empleo, solo me resta dejar constancia de mi apoyo solidario a los futuros desempleados, a través de los pensamientos siguientes:
1.- El día más triste del mundo es el que se pasa fuera de la nómina.
2.- La medida exacta del amor a la nómina, es amarla sin medida.
3.- Después de entregar su cargo, ningún alcalde tiene ya nada que perder.
4.- El día de la renuncia es tan triste y tan largo, como un pan sin pan y sin dinero.
5.- La mayor desgracia de un alcalde es merecer la desgracia de despedirse de su cargo.
6.- La despedida de un funcionario no es la solución a ningún problema, pero los ciudadanos respiran mejor cuando se largan.
7.- La esperanza de ser nombrado en otro cargo es una esperanza inútil, pero es la última que pierde un alcalde.
8.- Los alcaldes altaneros e insolentes en el poder, siempre son débiles y humildes en la derrota.
9.- Tras la fortuna de un alcalde siempre hay un delito, o cuando menos un contrato.
10.- Hasta cuando está justificada, la felicidad de los alcaldes es un privilegio.
11.- En los municipios, los bribones pobres no existen.
12.- Todos los pecados de la nómina municipal se castigan de contado.
13.- Después de dejar su cargo, los alcaldes volverán a ser nadie, y eso es lo que más les gusta.
14.- Los alcaldes cometen el pecado del fanatismo cuando se consideran indispensables en sus cargos y se aferran a esa fantasía para creer que son inamovibles.
15.- La renuncia de un alcalde puede parecer algo insignificante, pero vivir sin sueldo, sin viáticos, sin tarjetas de crédito, sin automóvil, sin gasolina, sin chofer, sin empleados y sin guaruras, “es la muelte, caballero”
16.- Nunca se preocupe por el día de mañana. Mañana usted podría heredar un millón de dólares, o ser atropellado por un camión.
17.- Manejar la crisis no es difícil, sólo debe aceptar lo imposible, pasarla sin lo indispensable, y soportar lo intolerable.
18.- Los negocios sucios sólo les parecen sucios a los que no los realizan, pero en la realidad dejan unos beneficios muy limpios.
19.- No hable mal del enemigo, porque el caldo de las intrigas está tan espeso, que usted puede terminar siendo el enemigo.
20.- Todo poder corrompe, pero la falta de poder corrompe más, porque no es lo mismo viajar en primera clase, que correr con la lengua de fuera tras el carro de los vencedores.