CIUDAD DE MÉXICO.- Coldplay cerró con broche de oro la última jornada del Festival Glastonbury con un espectáculo repleto de explosiones de brillo y color que elevó el espíritu de los asistentes, a quienes no les importo empaparse de lluvia.
La banda, que se convirtió el la primera en encabezar el cartel en cuatro ocasiones (2002, 2005 y 2011) subió al emblemático escenario Pyramid en la localidad de Somerset, en el suroeste de Inglaterra, para abrió su show con “A Head Full Of Dreams”.
El cantante Barry Gibb, ex integrante de la banda británica Bee Gees se unió al grupo en el escenario para cantar “To Love Somebody” y “Stayin ‘Alive”.