8 diciembre, 2025

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Laberintos del poder

El “ex”

Laberintos del poder

Cuando empezaba 2016 y aún era un misterio quién sería el candidato del PRI a gobernador del Estado, una coincidencia reinaba en la mayoría de los comentarios de pasillos y cafés.
Palabras más, palabras menos, el tenor de esa percepción se resumía en una frase:

“Baltazar Hinojosa podría ser tal vez el mejor gobernador, pero sin duda también sería el peor candidato”. El tiempo, en forma dolorosa para el tricolor, daría piso a esa visión y hoy, en la opinión de su servidor, puede agregarse otra impresión más: va en camino de ser un mal ex candidato.

Las acciones realizadas por Baltazar a través de reuniones con la estructura priísta y medios de comunicación, son hasta ahora una desfasada manifestación de “mea culpa” que en poco o nada ayudan a recuperar y desde luego a mejorar, el rumbo de su partido.

Ese reconocimiento a medias de errores personales y de su equipo, que pudo ser un sano golpe de timón en el curso de la campaña, en lugar de significar ahora una experiencia en la cual abrevar para no repetirla, suena más a coro de plañideras lamentaciones. Y no veo a muchos que quieran poner el hombro para confortar a los derrotados.

Y bueno, se debe ser objetivo. Me parece que Baltazar Hinojosa sigue siendo una pieza importante para el Revolucionario Institucional. Sí, sin duda, pero en donde debe estar. En la Ciudad de México.

Ahí, en el Congreso de la Unión, en la Cámara de diputados, donde parece moverse como pez en el agua y conserva vigentes amarres y vínculos con grupos de poder en varios círculos, es donde puede aportar un grano o un costal de arena –según el esfuerzo aplicado– a la causa de su establo partidista y en general a su Estado.

Porque aquí, en Tamaulipas, donde no convenció como candidato todo indica –es una percepción personal– que mucho menos convencerá como ex candidato…

LOS NIÑOS Y LOS DIPUTADOS
El Congreso de Tamaulipas me recuerda a las escuelas de educación básica, cuando está próximo el fin de cursos.

En la mayoría de los planteles de ese nivel, las semanas finales del ciclo lectivo son dedicadas a festejos, cursos a los que nadie va y a actividades internas intrascendentes. En una frase, todos se esmeran en la alegre práctica de perder el tiempo.

Y nuestros diputados locales no van a la zaga en esa amable actividad.

Si usted asiste a las que son últimas sesiones de los teóricos representantes del pueblo, o por lo menos se anima a leer los comunicados sobre las acciones de ese Poder, podrá percatarse de que lo que importa en esa tribuna es hacer ruido, aunque lo que lo produzca sirva mucho más para el anecdotario o para nutrir la trivialidad, que para efectos prácticos. Van muestras.

Ante la aparente falta de temas, se sacaron de la manga una iniciativa para declarar patrimonio cultural del Estado a la gastronomía local. No sé a quién demonios le sirva esa etiqueta para saborear los platillos de la región, pero los legisladores quedaron como reyes. Deben haber sufrido para ese consenso.

También a la prensa le engordan el caldo. Colocarán una placa para honrar a quienes han hecho posible la libertad de expresión en el Estado. Sin nombres, sin apellidos. Una placa al periodista desconocido y a la vez reconocido.

Y en el trabajo “serio”, un exhorto innecesario, insulso, a las autoridades de turismo para que apliquen el programa respectivo en La Pesca.

En los niños la explicación es su corta edad. En los diputados, su corto magín…

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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