Acostumbrada la opinión pública a los usos y costumbres del priismo, se percibe en el ambiente cierta incertidumbre por conocer quienes acompañarán a Francisco García Cabeza de Vaca en el primer gobierno panista de la historia tamaulipeca.
En el pasado resultaba mucho más sencillo apostar por los cuadros que ocuparían las principales carteras estatales. Simplemente hacía falta observar el equipo de campaña del candidato tricolor para saber que la mayoría de esa lista se transformarían en importantes funcionarios públicos.
En el caso de García Cabeza de Vaca también resulta obvio que en su primer círculo se mantendrán quienes se la jugaron con él durante la campaña, la confianza en su gente es primordial para cualquier gobernante.
Pero por tratarse del primer gobierno de la alternancia hay muchas expectativas respecto a la confección de la estructura gubernamental.
En primerísimo lugar la ciudadanía espera un gobierno más pequeño en términos de recursos humanos. Menos costoso y mucho más productivo. Que se ponga fin al dispendio de presupuesto en puestos duplicados con nombres interminables que no sirven más que para enriquecer a algún familiar o compadre.
Después claro, la realidad del estado exige la máxima eficiencia posible. Y para ello, se necesitan a los mejores hombres.
Por eso vale la pena la espera. Que García Cabeza de Vaca y sus más cercanos se tomen el tiempo necesario para encontrar en el estado los mejores perfiles.
Que busquen en todos los municipios sería la tercera petición de una ciudadanía que reprocha el abandono de algunas regiones.
El gobernador electo ya ha adelantado un par de características que observaremos en su cuadro titular. Será un gabinete ciudadano y empresarial, dijo.
Todo hace indicar que profesionistas de la frontera y el Sur, en particular, tendrían un lugar preponderante en el equipo del nuevo gobernador. Pero que nadie se llame a sorpresa
ni se ofenda si presenciamos la importación de talentos de otras entidades. La complejidad de los retos hace que valga la pena el experimento.
El regreso de Baltazar
El encuentro que sostuvo ayer Baltazar Hinojosa Ochoa con la prensa no fue del todo terso. Hubo preguntas incisivas, lejos de la comodidad con la que lo arroparon los suyos en su reunión con la estructura priista un día antes.
Se trató en alguna medida de un recordatorio de que para él viene una etapa compleja, en la que además, hay otros personajes influyentes del Partido Revolucionario Institucional que no piensan dejarle en bandeja de plata el liderazgo moral que exige tras la derrota del 5 de junio.
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