“¡Ah esos Corre!… son sentimientos encontrados, la verdad que ustedes saben que yo quiero mucho al equipo, desde que era Cuerudos andaba en el estadio”.
Así, Egidio Torre Cantú, gobernador del estado preparó terreno para hablar de una asignatura pendiente a la cual su administración le apostó mucho, pero quienes lo administraron no supieron aprovechar y en parte hasta repartió culpas.
Ni más ni menos raza, ayer el gobernador de Tamaulipas en la agonía de su administración que entregará en seis semanas, se dio tiempo para hablar del equipo al cual le entregó todo y a cambio recibió la efímera satisfacción de un campeonato que sólo queda en el anecdotario.
Cuando la prensa le cuestionó sobre el equipo naranja al finalizar la inauguración del nuevo parque de béisbol Praxedis Balboa, Torre Cantú tuvo que reflexionar en instantes sobre lo que se hizo y se dejó de hacer.
“Hicimos nuestro mejor esfuerzo por contribuir, a final de cuentas los que juegan son los jugadores el cuerpo técnico y bueno, no se ha logrado, no digo que no se logró porque ahí continúa”, expresó ante cámaras y micrófonos de la prensa local.
Siempre he creído que la intención fue buena, por donde se le vea, sin importar cuánto se haya invertido se giró la instrucción de hacer las cosas de la mejor manera posible, no me queda duda que confió en quienes delegó esa responsabilidad y fue probablemente ahí donde estuvo la falla y sobre todo en la cancha donde no se pudo responder.
Correcaminos le costó mucho a los tamaulipecos, a todos, desde Laredo hasta Tampico, desde 2011 hasta la fecha, sobre todo los primeros tres años pues el desencanto que representó perder una tercer final en un lapso de dos años desencantó hasta al mandatario estatal que como lo dijo, quiere mucho al equipo.
Aunque se estuvo muy cerca, Correcaminos no logró en la etapa de mayor bonanza en toda su vida alcanzar los mayores éxitos; seguramente muchos se lo achacarán a caprichos del destino, cuestión de azar o a la diosa fortuna, creo que hizo falta invertir en áreas de igual importancia que en la cancha, como la administración, esa donde siempre se creyó, como hasta la fecha, que los únicos que le sabían eran los que portan un apellido de tradición y abolengo en nuestro terruño.
Seis años más, seis años menos, para Correcaminos la moneda queda en el aire y lo que si, es que con la declaración de ayer se cierra en Correcaminos una etapa de vacas gordas y resultados flacos.
@luisdariovera