Aunque ahora, como la cordialidad cívica aconseja, los primeros encuentros de los gobernantes entrantes y los salientes de Tamaulipas se han dado en un ambiente de madurez política, entre saludos y sonrisas de amabilidad, será en el correr del ejercicio de las nuevas administraciones, después de que los que llegan revisen a fondo lo
que hicieron y les dejaron sus antecesores, cuando se conocerá si realmente la transición fue ordenada y transparente, como se presume.
Como reza el dicho, lo cortés no quita lo valiente y en su momento los nuevos gobernador, alcaldes y diputados locales, que entrarán en funciones el primer día de octubre, comprobarán si realmente las administraciones en turno se apegaron a lo establecido por la ley. No creemos que, sólo para guardar las apariencias, los que llegan estarían dispuestos a cargar con culpas ajenas, ya que eso no sucede ni entre los miembros de un mismo partido político.
Si mal no recordamos, los alcaldes priístas maderenses Guadalupe González Galván y Sergio Posadas Lara protagonizaron serias acusaciones mutuas en torno a la deuda pública que el primer dejó al segundo, entre otras discrepancias, que no han sido superadas. Algo similar sucedió cuando la maestra Magdalena asumió el gobierno de Tampico al término de la desafortunada administración de Oscar Pérez Inguanzo, en la que salieron a relucir muchos trapitos sucios al sol.
Habrá entonces que esperar a que el gobernador electo Francisco Javier García Cabeza de Vaca se haga cargo del gobier- no de la entidad para comprobar si, como ahora se vislumbra, el cambio en el régimen político estatal será una luna de miel de seis años, o si lo sucedido en el encuentro del lunes únicamente fue para salir bien en la foto y enviar un mensaje positivo a la sociedad.
Como es del dominio público, el ex alcalde de Reynosa ha adelantado que no habrá una cacería de brujas pero que tampoco tolerará casos de impunidad. Es decir, que si encuentra problemas de corrupción los denunciará ante las autoridades para que se castigue conforme a la ley a los responsables.
La misma divisa habría que considerar sobre la gestión del jefe edilicio electo de la urbe petrolera, Andrés Zorrilla Moreno y del homólogo de éste en el municipio de Altamira, Alma Laura Amparán Cruz.
Lo que sería lamentable es que se aprovechara la ocasión para emprender venganzas y cobrar facturas por motivos personales.
Hasta ahora, sin embargo, hay sólo palabras, los hechos demostrarán la verdadera realidad de los casos de alternancia.
A diferencia de lo sucedido en Madero y Altamira y el gobierno del Estado, en Tampico no se ha iniciado aún la transición. La causa, que la impugnación planteada por el PAN contra el resultado de la jornada electoral del 5 de junio, no ha sido resuelta todavía por el tribunal electoral de la entidad.
Cambiando de frecuencia, la propuesta del regidor Miguel Pérez Álvarez de que debería de contratarse vigilancia privada para contrarrestar la embestida del hampa o cualquier otra medida que ayude a atenuar el problema, es urgente. De lo contrario los casos de linchamiento de delincuentes y de que la sociedad tome la justicia en sus manos, aumentarán. El tema educativo, por otra parte, sigue dando de qué hablar.
En tanto que el gobierno y los miembros de la Coparmex intercambian fricciones y roces a causa del conflicto de la CNTE, en el foro convocado por la coordinadora magisterial para analizar y aportar ideas y sugerencias a la creación del nuevo modelo de la enseñanza escolar que confecciona la Secretaría de Educación, algunos especialistas criticaron el proyecto gubernamental que se discute y analiza en distintas instancias del país.
El ex rector de la UNAM, Pablo González Casanova, por ejemplo, consideró ayer que el modelo educativo neoliberal ofrecido por la SEP y Aurelio Nuño Mayer, promueve la cultura de la servidumbre y busca que el conocimiento educativo sea puramente instrumental. Y llamó a elaborar uno que contenga una cultura general y científica, pero también humanista y técnica, en la que se impulsen a la vez los valores de la moral y la verdad, de los que carece el oficial.
Eso sería una verdadera reforma educativa, desde la óptica del destacado sociólogo.
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