1.- El silencio del gobernante electo sobre la integración de su gabinete, se extiende sobre toda la comarca como una sábana de niebla, y ante la ausencia de la menor claridad, los grillos se agitan y retuercen en el profundo mar de sus dudas y desesperanzas. Saben que el silencio del Señor significa el “nocaut” de sus ilusiones.
2.- La llamada, el aviso, el telefonazo, la invitación y el gesto no llegan ni aparecen, y los grillos sufren en silencio el suplicio de la esperanza. En política, el mutismo adquiere un sonido sonoro e inconfundible. Es una trompeta que separa a los elegidos de los marginados, y quien no escucha el mensaje es porque está fuera del juego y de la jugada.
3.- Cuando el “Señor” calla es cuando habla con mayor elocuencia, y su silencio es una clave que depura la entrada al banquete de los elegidos. La interpretación del silencio político no admite dudas. Cuando no hay signos, señas, cambio de luces o palabras, es que simplemente no hay nada para quien lo padece. Quiere decir que ya se acabó la suerte , y que el futuro ya pasó.
4.- El silencio viene a ser un recurso del “Señor” para dictar su sentencia sobre el destino de los numerosos ambiciosos, cuya categoría no merece el gasto de las palabras o las disculpas. Es simplemente una liquidación de grillos menores que laboraron por un contrato y a tiempo determinado. Para ellos no hay mayores consideraciones. Sirvieron mientras sirvieron, y ahora su destino es la “banca fría”.
5.- Los grillos saben que han perdido la oportunidad de ejerce un cargo, la magia de la nómina, el erotismo de la imagen pública, la servil obediencia de sus inferiores, el temor de sus acreedores, el respeto de la fiera y sus enanos, el “apapacho” de las “secundarias” “macizas” y admiradoras, el servilismo de los cortesanos, el reflector de los medios de difusión, el “leal” aprecio de los amigos y, sobre todo, las ricas mieles del presupuesto.
6.- La muchedumbre de desocupados es inmensa, y los mismo comprende a grillos que fueron diputados locales que a los que terminaron su gestión como alcaldes, síndicos y regidores.
7.- No los consuela la perspectiva de saltar a la cancha en el 2o. tiempo del partido, y tampoco les agrada la idea de volver a las filas del partido para seguir haciendo méritos, y por todo ello el dolor los consume, los deprime y los aplasta. ¡Qué desolación!
8.- Hasta hoy todo es llanto y dolor, pero después de que se repartan los cargos, los grillos aullarán de rencor y resentimiento. Posteriormente vendrán las críticas, luego la “mano negra” y al final el “fuego amigo”: Por eso es más peligroso un grillo sin empleo que un guerrillero armado hasta los dientes, y siempre será mejor que estén dentro del gobierno para que se orine hacia afuera, y no afuera para que se orine hacia adentro.
9.- La angustia de los grillos crece en dos fechas importantes: el mes de octubre en el que se realiza el cambio de gobierno, y durante la navidad en el mes de diciembre, cuando por razones políticas se usa el espíritu navideño para tomar decisiones que involucran cambios en el gobierno. Son las dos oportunidades que los grillos chambistas viven y padecen con incertidumbre y angustia.