Los ataques contra el gobernador electo de Veracruz han arreciado de tal manera, que podría pensarse que el gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO no está dispuesto a perder el control de una entidad que es una de las mayores reservas de votos en el país y que podría incidir definitivamente en los comicios presidenciales del 2018.
El corrupto gobernador actual, JAVIER DUARTE DE OCHOA parece estar siendo apoyado desde la primera magistratura para golpear al panista MIGUEL ÁNGEL YUNES LINARES, que el pasado mes de junio recibió el respaldo de
la mayoría de los veracruzanos para que sea el próximo mandatario estatal.
DUARTE primero trató de blindarse contra futuras acciones legales en su contra, lo cual no logró a plenitud y dentro de su temor presentó una denuncia contra YUNES por corrupción y lavado de dinero ante una instancia local que, obviamente, está bajo su control y que de inmediato citó al mandatario electo, cosa que nunca haría con el actual gobernador, denunciado tantas veces por desvío de fondos.
La metralla contra YUNES, sin que exista la menor intención del gobierno federal por aminorar una controversia que afecta una transición gubernamental en una entidad trabajadora y progresista, denota que pese a los resultados en las urnas, el gobierno de PEÑA NIETO considera al gobernador electo como el enemigo a vencer. Perder Veracruz lo consideran catastrófico con desdén de la voluntad popular.
A DUARTE le han hecho acusaciones desde instancias federales pero ello no ha tenido el mayor eco en los medios judiciales y ni siquiera se dice si se ha abierto alguna investigación formal en su contra. Pareciera que está cubierto con el manto sagrado de la presidencia de la república.
Se sabe que hay impugnaciones en contra de la elección de MIGUEL ÁNGEL y que serán las autoridades electorales las que decidirán al respecto. ¿Y qué tal si a última hora salen con que la elección no fue válida?
La situación en Veracruz está tan enconada, que todo puede pasar. Pero lo que parece estar claro es que todo el sistema priísta está con todo contra YUNES LINARES, a quien los partidos que lo apoyaron el PAN y el PRD deben defender a toda costa.
Contrariamente a lo que ocurre en la vecina entidad, en Tamaulipas la entrega del poder por parte del priísta EGIDIO TORRE CANTÚ al panista JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA se prepara dentro de un marco de institucionalidad.
Contrariamente al clima belicoso que prevaleció durante las campañas cuando el candidato tricolor, BALTAZAR HINOJOSA OCHOA, acusó a su contrincante de delincuente, el proceso de entrega recepción se está desarrollando en un marco de concordia política. El lunes, en una reunión inédita, EGIDIO y quien será su sucesor, establecieron las reglas para el tránsito gubernamental. Ambos estuvieron acompañados de sus respectivos equipos de trabajo.
Y el gobernador electo está desplegando una gran actividad cuando falta casi mes y medio para que asuma el cargo. No sólo se ha reunido con inversionistas nacionales y extranjeros, sino que el miércoles estuvo en Tampico para reiterar a los productores del campo su promesa de devolver la tranquilidad al agro, algo que le fue solicitado desde que andaba en campaña. CABEZA DE VACA está estableciendo una buena sinergia con los sectores activos de la entidad.
Por cierto que ya se está dando una verdadera danza de nombres en torno a quienes podrían ocupar puestos estatales en la zona conurbada una vez que se inicie el próximo régimen, del cuál seguramente serán excluidos todos los priístas que actualmente están en la nómina, ya sea trabajando o como simples “aviadores”.
No sólo panistas sino hasta muchos priístas que ahora dicen haber apoyado a CABEZA DE VACA están a la espera de un nombramiento como titular de una dependencia o de perdido en una plaza de segundo o tercer nivel. Lo que se quiere es no estar fuera del presupuesto. Desde luego que hay cargos altamente codiciados como las COMAPAS o las oficinas fiscales. Pero esos por lo regular son para gente muy cercana al gobernador en turno o muy cercana a sus muy cercanos colaboradores, aunque parezca un juego de palabras.
Mientras todo eso ocurre, en el Partido Revolucionario Institucional la confusión sigue prevaleciendo. No sólo ya no tendrá la tutela histórica del gobernador, sino que los grupos que lo integran, ya sin un control local, actuarán en razón de sus propios intereses y con una visión futurista sobre a quién apoyar en el
proceso interno del 2018 con las fragmentaciones que ello implica.
Veamos el caso de algunas figuras como ejemplo. MARCO ANTONIO BERNAL GUTIÉRREZ, quien fue el más cercano competidor de BALTAZAR HINOJOSA, se alinea con el ex-dirigente nacional, MANLIO FABIO BELTRONES. El propio BALTA responde a la voz del secretario de Hacienda, LUIS VIDEGARAY y MERCEDES DEL CARMEN GUILLÉN VICENTE se identifica con el secretario de Gobernación, MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG.
Así, el priísmo tamaulipeco no sólo se encuentra en la orfandad, sino atrapado en un juego sucesorio que provocará que cada quien jale por su lado sin que haya una voz que ponga orden. Habrá que estar pendientes.
Se dice que el próximo lunes podría resolverse la impugnación que el PAN presentó contra el triunfo de MAGDALENA PERAZA GUERRA en Tampico. Alguna vez la maestra dijo, “no sólo le gané a los panistas, sino a muchos priístas”. Pero todos ellos, siguen esperando verla caer.
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