Inserto en el cuerpo como alma de almas el espejo multiplica su forma. Ha pasado por el tiempo en un campo de cuerpos atrapado de memorias.
El cuerpo es lenguaje sin palabras pulido por el tiempo. Sus armonías fraguadas por el viento que con sus silbidos ha dibujado su forma para crear nuevas formas a través de los siglos.
Nuestros ojos miden estas armonías corporalesy las traducen en el poema visual, en las sensaciones que la belleza contiene.
El cuerpo es casa de si mismo, estampa tan distinta y nueva cada día. La belleza del cuerpo corresponde a medida por medida en sus alcances de espacio donde el mismo cuerpo ocupa el espacio central que irradia los espacios del movimiento corporal.
El cuerpo en sus fronteras circulares que se mueve en la medida de cuatro elementos corporales de norte a sur, de sur a norte extendiendo sus brazos y piernas.
El cuerpo enamora al espejo del alma con su belleza, en cierta manera le guiñe al tiempo que flagela en silencio su contorno. Esa línea de luz que irradia su potencia física y mental.
El cuerpo de ayer ya no es el mismo. Se flagela en su forma que le dio marco desde los primeros tiempos. Se ha erguido, se ha plantado en el espacio de los espacios como figura única e indisoluble en el espejo.
El espejo interior busca el sentido de las cosas para tocar la reducealidad de los años que se han ido acumulando entre la gloria y la vanidad.
Es el cuerpo del amor el que se enamora si mismo, un Narciso callado que blande su espada en el Mercurio. Los años no caminan en balde y el cuerpo avanza en los muros de si mismos, como el poeta el Salvador Novo que se contempla en el dolor de su soledad y el placer del cuerpo: “Dentro de estos cuatro muros pretendí ocultar mi dicha, pero el fruto, pero el viento como me los guardarían, camino que no dispuse…”
El cuerpo es una armonía en los cuatro muros, el tiempo que se reduce al tiempo del hoy, del ahora, donde se convierte lentamente en arrugas, en músculos caídos y el rostro marchito.
El espejo habla entonces para decirnos que ya no somos los más bonitos.




