El domingo pasado se cumplieron 4 años de la desaparición de Milynali Piña Pérez, José Arturo y Alexis Domínguez Pérez, Aldo de Jesús Pérez Salazar e Ignacio Pérez Rodríguez. La niña y los cuatro hombres viajaban en una camioneta rumbo a Tamuín. Nadie supo más de ellos mientras pasaban por Mante.
La madre, tía y hermana de las víctimas, Graciela Pérez, los ha buscado durante cuatro años. El domingo pasado, en un hecho inédito, encabezó una entrega de volantes en el mismo tramo carretero donde desaparecieron sus familiares. Ahí acudieron decenas de madres y parientes de desaparecidos a apoyar.
La señora Graciela ha irrumpido en eventos del titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, para suplicar la búsqueda efectiva de su hija, sobrinos y hermano. Ha acudido a reuniones con el procurador tamaulipeco, Ismael Quintanilla Acosta, donde no le dan explicaciones, ni resultados de la investigación.
“Lo hice solamente pensando en qué hacer después de 4 años que desapareció mi familia. No ha habido el resultado que queremos y esta administración ya termina y nos deja con el pendiente. Quiero que el nuevo gobierno sepa que existimos, por eso repartimos volantes”, dice doña Graciela.
El mensaje es claro y directo: el gobernador electo, Francisco García Cabeza de Vaca, debe explicar qué hará para buscar a 5 mil 599 mujeres y hombres desaparecidos en Tamaulipas.
Futuro culturoso
«Nunca más la cultura como un adorno», enfatizó la directora del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA), Libertad García Cabriales, en el discurso que pronunció el martes en el teatro Amalia Castillo.
La frase sencilla representa la lucha que dio una mínima parte de la dependencia estatal contra el viejo concepto de política artística-cultural que fundó Tomás Yarrington y alimentó Eugenio Hernández. Afortunadamente el gobernador en funciones y ninguno de los asesores se interesó en el tema, por eso dejaron errar y acertar al ITCA.
Desde comienzo del sexenio, las señoras y los señores ricachon@s caprichud@s de Tampico, Reynosa, Nuevo Laredo, Matamoros y Victoria, la gran mayoría acostumbradas a opinar del quehacer cultural sin tener conocimiento, resistieron al cambio. Sin embargo, el equipo cercano a la ingeniero agrónomo mantense mediaron, sobretodo en la organización del Festival Internacional Tamaulipas.
Con buenas y malas decisiones, la labor cultural de este sexenio sobresale por sus acciones transversales, por ejemplo, el plan cultural-artístico-comunitario. La red de colectivos culturales comunitarios se planteó como una herramienta para regenerar el tejido social golpeado por la violencia del Estado y de los grupos criminales. De las manos de la nuevolarendese Imelda Cázares Arredondo y del tampiqueño Pepe Martínez Galván, con el apoyo de Héctor Romero Lecanda, se consolidó el proyecto.
Algunos creadores encumbrados criticaron dicho plan, porque -dijeron- no producía desarrollo artístico, es decir, no se traducía en las becas y apoyos monetarios a los que cada sexenio accedían con facilidad. Empero, por el momento que vivía y todavía vive Tamaulipas era y es necesario trabajar en varias direcciones desde la cultura y el arte, en principio, creo, para reafirmar la identidad del tamaulipeco.
Los resultados de estas acciones de gobierno, lamentablemente subjetivos y poco medibles, se reflejan en el conocimiento musical o pictórico o literario que ahora tienen niños, adolescentes y jóvenes. Niños, adolescentes y jóvenes que, tal vez, consumían los narcocorridos y por esta expresión ingresaron al mundo delictivo, pero que entrar en el comunidad con otros los hizo cambiar su modo de ver el mundo.
Para ser sincero con usted lector, laboré en el ITCA durante 8 meses, de junio de 2011 a febrero de 2012. Con la breve experiencia me bastó para reafirmar mi percepción de que la vía institucional, la del gobierno, no siempre es la mejor o expedita. No obstante, observé el trabajo de compañeros que enfrentaron la
complicada situación que vive el área.
Hoy, creo que la frase de Libertad, casi convertida en arenga culturosa: “Nunca más la cultura como un adorno”, me parece acertada para advertir y alertar a los creadores, promotores culturales y al público. No se debe permitir que en el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca haya retroceso en la visión de lo que la cultura y el arte aportan en el desarrollo humano de la sociedad.
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