Llego septiembre y con él, otro gasolinazo, además de la furia de un pueblo que reclama a un presidente no cumplir sus promesas, el hablar de un informe donde dice que lo bueno no se cuenta pero que cuenta mucho, cuando no hay mucho bueno qué contar.
Inició el mes patrio con más rencores del pueblo para el mandatario nacional, los mexicanos se sienten ofendidos porque el personaje que más ha insultado a nuestra raza, DONALD TRUMP, pisó suelo azteca a invitación de ENRIQUE PEÑA NIETO quien hasta pareciera no tener conciencia de lo que eso significa y las consecuencias que pueda traer el que se desborde el enojo no sólo de los que vivimos en esta suave patria sino del Presidente del vecino país del norte BARACK OBAMA, que seguro no le cayó muy en gracia que su enemigo político tuviera, sin merecerlo, el alto honor de haber sido invitado a México.
Con la llegada del mes en el que siente con más fuerza el fervor patrio, también llegaron las ratificaciones del TRIFE a los triunfos de ÓSCAR ALMARAZ SMER y MAGDALENA PERAZA GUERRA, además del reconocimiento de sus contrincantes que aceptan no les favoreció el resultado electoral.
Septiembre llegó y con él iniciaron la entrega-recepción en áreas municipales y gubernamentales, juntos llegan los sentimientos encontrados de los que se irán, los que se quedarán y los que llegarán.
Pero como dijera la nana GOYA, esa es otra historia, lo más importante es que con septiembre también se hizo presente el fervor patrio, el sentirnos más mexicanos que nunca y recordar que esta suave patria merece respeto.
Porque a pesar de los pesares, los mexicanos deberíamos agradecer a esta suave patria permitirnos nacer bajo su cielo, caminar sobre su tierra, respirar su aire, vivir sus sueños, soñar sus anhelos, y gritar con orgullo VIVA MÉXICO.
Nos alcanzó septiembre con el recuerdo de las palabras de IGNACIO ALLENDE, “Sin importar el tamaño de la ciudad o pueblo en donde nacen los hombres o mujeres, ellos son finalmente del tamaño de su obra, del tamaño de su voluntad de engrandecer y enriquecer a sus hermanos”.
Estas fechas son propicias para llenarnos de orgullo por el hecho de ser mexicanos y como dijera JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ, sentirnos superior a cualquiera.
Cierto el pueblo está dolido, son muchos los agravios que los mexicanos han sentido por los gobernantes que se han tenido. Pero aun así, sería falta de conciencia, decir que en septiembre no tenemos nada que festejar, cuando la historia nos señala que se tuvieron hombres y mujeres valientes que lucharon por la patria libre y soberana que deseaban para nosotros, negar que tenemos motivos para llenarnos de orgullo sería como negarse a sí mismo.
Sin importar ideología partidista, credo religioso, o si se es moreno, blanco, alto, chaparro, grande, chico, político, rico, pobre, hombre, mujer o lo que sea, recordemos que somos mexicanos y como tales deberíamos de comportarnos, luchar por los intereses comunes y para engrandecer la patria, por lo tanto, cada quien desde su trinchera tiene el deber de trabajar para ser merecedores de esta tierra bendita que DIOS nos dio.
La situación es que llegó septiembre y junto con él llega el fervor patrio, pero lo triste es que también llegaron gasolinazos y anuncio del incremento a la energía eléctrica.
También con septiembre llegan las entregas-recepciones y ratificaciones electorales, tristezas de los que se van y alegrías de los que vendrán, emociones y rencores juntos del primero al 30 de septiembre llegarán.
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