En varias oportunidades, en este mismo espacio editorial, he referido sobre la complejidad que tiene per sé el sector energético aderezada por las vicisitudes que se están presentando ante la apertura al mercado internacional tras la promulgación de la reforma. Una de ellas, que quizás pocos habían previsto, es el tráfico de gasolinas legaloides que están entrando al país por la frontera norte de México -particularmente Tamaulipas y Coahuila- y que
en esta semana se puso en evidencia con casos detectados en Monterrey, Nuevo León.
El gobierno de la República a través de sus diferentes Secretarías federales no ha podido poner control al plagio de gasoductos, robo de hidrocarburos y venta de gasolinas, siendo esta última un delito muy visible en las carreteras de Veracruz, Guerrero, Chiapas y Oaxaca, tan evidente lo hacen los vendedores que tienen tendajos, con rótulos y tanques que están a la vista de cualquiera. Ahora se le presenta otro nuevo fenómeno, que si bien no es ilegal tampoco es legal, pues todo indica que desde Texas estarán “importando” biocombustibles para gasolineros.
Como se sabe, la importación de gasolinas por particulares está contemplada en la reforma energética, con un gravamen impuesto por el gobierno mexicano; sin embargo, el que apuntaría que sería un nuevo delito que se está dando en la frontera con Estados Unidos, estaría evadiendo el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) usando el escollo de los biocombustibles importados. De acuerdo a la Asociación Mexicana de Distribuidores de Combustibles, y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Energéticos, esta evasión sería superior a dos mil millones de pesos al año, considerando que el precio actual es de 5.091 pesos por litro, y se están importando casi 40 millones de litros al mes.
Hasta el momento, se han señalado a tres empresas que están importando estas gasolinas pero no se descartan que sean más, con base a los comentarios versados por algunos empresarios del sector que han detectado algunos vendedores que utilizan el membrete de las grandes petroleras mundiales. Una seria investigación periodística de El Financiero señala la venta de Comercializadora Alfabeto, S.A. de C.V, a la Unión de Permisionarios Ruta 105, Apodaca, Monterrey, Anexos, S.C., por el orden de 28 mil 387 litros de la Mezcla-B30-Biodiésel, a un precio por litro de 12.04 pesos, para un total de 341 mil 779.48 pesos, cuando el precio en México es de 14 pesos, lo que hubiera significado un pago de 397 mil 418 pesos.
Otra empresa señalada es Petroland, S.A. de C.V. que está ofreciendo biodiésel B5, B20 y B30 en 12.60, 12.75 y 12.85 pesos por litro, respectivamente. La compañía se dice ser integrante del Petroleum Equipment Institute, pero está no cuenta con sitio web.
Los señalamientos realizados hasta por la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (AMEXGAS) apenas empiezan y seguramente se incrementarán en el transcurso de las semanas, así que ahora el gobierno federal tiene otra línea más para garantizar que en realidad sea atractiva la reforma energética para los inversionistas. ¿Usted qué opina?
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