Francisco García Cabeza de Vaca, acabó, por la vía del voto, con el péndulo del poder Victoria-Matamoros, un diseño que ya no respondía, ni geográfica, ni políticamente a los nuevos tiempos. Matamoros, dejó de ser la meca de los cárteles. Y Victoria se envileció con el crimen del candidato Rodolfo Torre Cantú. Las condiciones estaban dadas, para el gran relevo generacional, en todos los ámbitos.
Ya en su función como gobernador constitucional, Cabeza quiere profundizar en esa demolición, del viejo orden, sobre el que se erigieron los sexenios priístas. En su lugar, pretende fundar, el imperio Reynosa-zona conurbada de Tampico, Madero y Altamira. Sobre ese eje, se centra la flamante estrategia del poderío azul. Solo que está enfrentando serias resistencias.
La historia de este proceso es la siguiente:
La descomposición y el enfrentamiento del dominio priísta, hizo crisis durante el gobierno panista de Felipe Calderón: la estrategia del michoacano se centró en provocar el divisionismo y el encono entre el cártel tamaulipeco. A partir de ahí, el tema de la droga pasó a segundo término, y lo que nació fue un fisco de naturaleza fáctica, basado en el afán de financiarse, para enfrentar la guerra doméstica.
La yugular de aquella simbiosis, silenciosa se rompió. Y lo que antes era paz social, se convirtió en un infierno. Al desdibujarse ese orden establecido, el PRI se vino abajo.
No es fortuito que el hombre que ahora se encuentra en la cresta de la alternancia panista, haya sido el opositor más tenaz, a lo largo de más de una década. Cabeza de Vaca se formó desde los sótanos de ese sistema político, saturado de pragmatismo, confeccionado de mañas y virtudes. Aprendió correctamente de los aciertos y los errores del adversario. Porfió en la búsqueda de la oportunidad, para saltar sobre un PRI agonizante.
No es verdad que Cabeza no sepa donde está parado. Eso lo dice para ganar tiempo. Es un hombre astuto, perspicaz y calificado por sus amigos del CEN panista, como entrón y muy audaz, que conoce muy bien el suelo que pisa. Tan es así que en su momento fue la carta fuerte de esa vigorosa realidad emergente.
Recibió también el visto bueno de la Secretaría de Gobernación que atestiguaba el deterioro y el desgaste de la nomenclatura tricolor. En lo personal, creo que Cabeza puede hacer mucho por el estado, siempre y cuando se aplique, y no se distraiga en festejos.
Hoy, lo primero que busca hacer Cabeza, a su arribo al mando, es tratar de desmantelar lo que queda de esa clase política, que alguna vez, fue cimiento de una era de orden social en el estado, pero que después se les salió de control. En dicha etapa, los barones delincuenciales coexistían, pero no se metían con la población. Tal vez, actualmente se pretenda recuperar ese estatus.
Hoy, no se puede afirmar con certeza que los malos hayan cambiado de caballo partidista, pues la lucha por el territorio de Tamaulipas, según el especialista Alejandro Hope, se da entre muchos. De tal suerte que, de la polarización de fuerzas, se ha pasado a la pulverización de la violencia, la anarquía y el desorden.
Justo en este punto, se inicia el llamado sexenio del cambio, en una realidad que parece no tener pies ni cabeza. Sin embargo, esto apenas inicia, y no se le pueden pedir actos de magia al Gobernador. Para analistas como Carlos F. Salinas, Cabeza de Vaca cuenta con el aval y la certificación de Estados Unidos. Eso ya es un gran paso.
La lógica dice que no se puede quedar bien con todos. Pero… mientras se acomodan las calabazas, lo que la sociedad tamaulipeca pide, no es mucho. Lo elemental, es que ya no lastimen a la población. Eso sería un gran avance. Las familias piden un respiro. Y que las dejen vivir tranquilas. Ese es el punto.
Almaraz y Rivera: la política pública, enfocada a la atención ciudadana
Traen una agenda donde la palabra cansancio está prohíbida. El alcalde Óscar Almaraz y el nuevo Gerente de la Comapa Gustavo Rivera, están haciendo el uno-dos, en la solución de problemas, sobre la marcha. El primero, dotó rápidamente de quince camiones al servicio de limpieza. Gustavo, acaba de retirarles siete camionetas a los funcionarios, para cederlas al sindicato y sus cuadrillas que realizan el trabajo de campo.
En la Comapa, la prioridad son las fugas y los baches que se quedan después de abrir el pavimento. Según la opinión de trabajadores, la encomienda de la actual gerencia, es que cualquier herida a las calles, debe ser inmediatamente subsanada. Tal vez por uno de estos rasgos, Rivera Rodríguez, obtuvo un premio nacional a la excelencia, en el sexenio de Vicente Fox. Actualmente se viven tiempos de severa lupa ciudadana. Los almaracistas, tienen
experiencia en el manejo del recurso humano. Entran resolviendo problemas. Buena señal.