CIUDAD DE MÉXICO.- Años atrás, le diagnosticaron un tumor cerebral que superó gracias a varios tratamientos de radiación. Pero le quedaron secuelas. Su sistema nervioso quedó dañado y aquello afectó a su expresión. No era nada del otro mundo, solo tenía la boca más torcida de lo normal.
Pero, como comentó su madre, Wendy Feucht, aquello y su pelo rizado fueron suficiente para convertirla en objeto de burla.
Como suele ocurrir, el bullying venía de parte de los abusones de clase, que suelen utilizar cualquier cosa para reírse del más débil. Thompson tenía una sonrisa diferente, pero si no la hubiese tenido, habrían encontrado otra excusa para meterse con ella.
El principio de su final fue el último día que estuvo en clase, cuando los abusones se excedieron con las burlas. Aquella ocasión no sería como las anteriores, no volvería al día siguiente como si no hubiese pasado nada. Como dijo a su mejor amiga, ya no podía más.
Después del tratamiento de cáncer, la sonrisa de Bethany quedó más torcida de lo normal y aquello fue el objeto de burla de los abusadores.
Aquella misma tarde, 19 de octubre, terminó con todo. Mientras su padrastro dormía en otra habitación, se hizo con un arma que había en casa y se mató de un tiro, informó la policía.
Como es de imaginar, el golpe más duro se lo han llevado sus padres . “Hay una pieza que falta, la he tenido constantemente en mi vida durante 12 años y ahora se ha ido. Nada podrá llenar ese agujero”, dijo Feucht. “Ella era mi princesa, era mi niña.
Para mí la vida giraba alrededor de ella”, dijo el padre de Bethany, Paul Thompson.
La madre de Bethany ha apuntado que la escuela de su hija, Tirad Middle School, tenía constancia de los abusos. Algo que ha admitido la superintendente del centro, Chris Piper. Pero sus administradores no supieron o no tuvieron tiempo de gestionarlo.
Aunque la madre insistió en numerosas ocasiones que hiciesen algo por su hija, nunca ocurrió nada. 2 días antes de su muerte, el director le dijo que lo estaban investigando.
“Algo tiene que cambiar, falla algo en el sistema y esto se podría haber llevado de muchas formas”, dijo Feucht. Pero, a pesar de haber perdido a su hija, aún tuvo aliento para aconsejar a otros padres: “Llamarlos, llamarlos cada día si tenéis que hacerlo y, finalmente, estarán tan cansados de oíros que harán algo”.
“Algo tiene que cambiar, algo está roto en el sistema y hay muchas maneras diferentes que hubiesen servido para llevar esto”
En su último día de colegio, Bethany y su amiga fueron a la administración de la escuela con carteles antibullying, en los que dibujaron señales y escribieron lemas como “Amigos, no abusadores”. Sin embargo, les dijeron que no podrían hacer nada con ellos. Ahora, después de esta desgarradora noticia, el colegio no quiere que haya más niños como Bethany, por lo que la superintendente anunció que están realizando esfuerzos para luchar contra el acoso y el bullying.
Esta pérdida ha dejado consternada a la comunidad, quienes han expresado sus condolencias a la familia con su apoyo y donaciones. La cifra asciende a casi 7.000 euros, dinero con el cual cubrirán los gastos del funeral y crearán una beca que lleve su nombre: Bethany. Y, de este modo, concienciarán sobre las repercusiones que
puede desencadenar el bullying.
“Si esta pudiese ser la última vida que se pierde por este motivo, si su muerte pudiese terminar con esto, ella estaría encantada”, sentenció Feucht.
Con información de PlayGround.