CIUDAD DE MÉXICO.- Ahí les va un chiste:
-¿Por qué el proctólogo quiere cambiar de carrera?
-Porque está hasta el culo.
Disculpen el mal gusto (o de nada si se rieron): Resulta que el autor de este chiste ha sido objeto de estudio de dos neurólogos, quienes recién lo diagnosticaron con Witzelsucht, que en español significa “bromeo patológico” (o algo así). La investigación se publicó en el Diario de Neuropsiquiatría
y Neurociencias Clínicas.
¿Debemos preocuparnos por todos nuestros tíos y papá que hacen chistes… de tíos y papá?
No, no es para tanto. El problema es que este hombre de 69 años no podía dejar de hacer chistes. A los 69 años acudió a un neurólogo, quien reportó que el paciente tenía “un historial de cinco años haciendo chistes de manera compulsiva”. El ensayo, publicado en el blog Neuroskeptic de la revista
Discover, señalaba:
Durante la entrevista, el paciente reportó sentirse muy alegre en general, pero su necesidad de usar el sentido del humor y hacer chistes compulsivamente se había convertido en un problema con su esposa. Seguido se levantaba en medio de la noche sólo para contarle chistes que se le ocurrían.
Imagínense, obviamente la esposa se hartó de ser despertada para escuchar chistes malos y le sugirió, sutilmente, que en lugar de despertarla mejor los escribiera. Acto seguido, llegó al doctor con 50 páginas llenas de chistes.
Su diagnóstico evidenció que tenía daño cerebral en el núcleo caudado del lado izquierdo y en la corteza frontal del derecho. El primero lo causó un infarto, pero este no tuvo nada que ver con su manera de hacer chistes; el último, sin embargo, de acuerdo a los doctores fue causado
probablemente por una hemorragia subaracnoide (sangrado entre el cerebro y los tejidos suaves que lo rodean), consecuencia de un aneurisma. El lóbulo frontal derecho se asocia con la apreciación del humor, el daño en esta área se ha observado también en otros casos de Witzelsucht.
Que alguien le avise a la familia esta persona.Periódico Correo
Aunque los pacientes diagnosticados con Witzelsucht aman sus chistes, no le prestan atención a los ajenos, lo cual explica el problema neurológico detrás: bromear de manera compulsiva es un síntoma temprano de demencia. Específicamente, la demencia frontotemporal cambia la manera de sentir empatía del paciente.
Este tipo de demencia desarrolla falta de entendimiento e indiferencia hacia los sentimientos de los demás. Una persona con esta patología se expresará haciendo comentarios hirientes, ignorará el dolor ajeno y, probablemente, hará chistes de mal gusto en un funeral.
Así que ya lo saben, el witzelsucht no es nada chistoso: manden al tío y al amigo standupero a hacerse pruebas neurológicas o al menos entiéndanlo, sus chistes no son de mal gusto, es daño cerebral.
Con información de Science of Us.