Pocas muy pocas veces una alza de los precios de las gasolinas, como la que entrará en vigor el próximo domingo, había provocado tal grado de indignación colectiva, ya que la medida unificó a todos los sectores de la sociedad contra la imposición y desató una irritación social que impactará fuertemente las elecciones del 2017 y la sucesión presidencial del 2018.
Y aunque los principales blancos del repudio popular contra la perjudicial disposición oficial son el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto y el partido en el que milita, el PRI, es necesario recordar que la reforma energética que abrió Pemex y la CFE a la inversión privada, causante de la liberación y consecuente elevación de los precios de los combustibles, también fue aprobada por los legisladores del Partido Acción Nacional.
El único partido que votó en contra fue el PRD, que optó por abandonar el Pacto por México creado por el gobierno para darle el visto bueno a las
reformas constitucionales de las que tanto se ufanan o se ufanaban priistas y panistas, que puso fin a la vigencia del acuerdo político.
Incluso, los perredistas llamaron a la resistencia civil para impedir la aprobación de la iniciativa que modificaría los artículos 27 y 28 de la constitución que dieron luz verde a la privatización de Pemex.
Las razones de que los sentimientos de rabia sean esta vez mayúsculos son, además del daño que causará a la economía de todos los mexicanos, la afirmación y el ofrecimiento presidencial de que gracias a la reforma se abaratarían la electricidad, el diesel, la gasolina y el gas, y de que la disposición pondría fin a los impopulares gasolinazos iniciados, también hay que recordarlo, por el régimen del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, a pesar de que en campaña el michoacano se había comprometido, como el Peje, a reducirlos.
No tenemos idea en qué irá a parar la escalada alcista que traerá consigo el incremento de los energéticos que empezará a aplicarse el primer día de enero de 2017, pero todo indica que si la falta de resultados de la lucha contra la corrupción, la inseguridad y la impunidad del actual gobierno daban como irremediable la derrota del Revolucionario Institucional en la próxima contienda presidencial, el mega gasolinazo en turno ha colocado al partido político en una posición de riesgo mayor.
El principal o los principales beneficiados políticos del aumento tarifario han sido AMLO y el partido que creó y encabeza, MORENA.
Pero, ¿quiénes fueron los diputados que aprobaron el aumento? Los 193 del PRI, entre ellos los tamaulipecos Baltasar Hinojosa Ochoa, Paloma Guillén Vicente, Montserrat Arcos Vázquez, María Esther Camargo y Alejandro Guevara Cobos, 102 del PAN, aunque, no obstante que aprobaron la ley de ingresos, se reservaron los artículos del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) que está causando el aumento y propusieron se redujera a la mitad, que no prosperó, 43 del PRD, que volvieron a las andadas, 29 del Verde Ecologista, 20 del Movimiento Ciudadano, 10 del PANAL, 9 del PES y un independiente. Causó sorpresa que el ex panista y dirigente estatal del MC, Gustavo Cárdenas Gutiérrez, se opusiera, en tanto que el representante del Partido Encuentro Social, Abdíes Pineda Morín, no quiso dar color, prefirió abstenerse.
Los únicos que votaron en contra fueron los del Movimiento Regeneración Nacional y algunos integrantes de la fracción parlamentaria del Partido del Sol Azteca.
Bajo las nuevas circunstancias, los jerarcas del Partido de la Revolución Democrática que lidera Alejandra Barrales estarán más obligados a concretar la alianza que negocian desde hace un mes con el partido blanquiazul de cara a la elección de gobernador del Estado de México.
Por la misma causa, seguramente el Verde y el PANAL pensarán dos veces antes de firmar que es mejor o menos peor, si participar en los procesos electorales que se avecinan solos o en coalición con el ex invencible.
Para finalizar, el hecho de que dólar estadounidense se mantuviera por segundo día consecutivo arriba de los 21 pesos, fortalece los augurios de aquellos especialistas que consideran que el gradual encarecimiento de la divisa de los EE.UU. llegará a los 25 pesos.
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