TAMPICO, Tamaulipas.- “Aquí se requieren manos para ayudar y un corazón para dar amor” dice la madre superiora encargada del Asilo “Paz y Alegría (Madre Teresa de Calcuta)” cuando se les pregunta que necesitan en ese sitio ubicado en la calle Jiménez de la colonia Morelos de Tampico.
Un total de 80 adultos mayores divididos en áreas de mujeres y hombres y 25 niñas de diferentes edades habitan en ese sitio ubicado en una esquina de la popular colonia.
Limpio, con grandes áreas, con comedores para los grupos de mujeres y hombres, con áreas comunes, cunas en el caso de recibir bebés, áreas de dormitorios respectivos luce este sitio en donde lo que reitera, se requiere de cariño y de quien vaya a visitar a los abuelitos por lo menos un día a la semana.
“En verdad les digo, que cuando lo hicieron con algunos de mis hermanos más pequeños, lo hicieron conmigo. Mateo 25” , recuerda el letrero que está colgado en uno de los acceso del asilo en donde están estos abuelitos algunos en sillas de ruedas, otro con síndrome de down, alguno otro ciego, otra con alguna cicatriz en el rostro de una grave quemadura que sufrió quienes no tienen, alguna persona que los vaya a visitar.
“Si tenemos por el momento despensa y ropa, pero aquí lo que se necesita siempre son manos para ayudar, para venir a ayudar a servir comida, a pasar una hora de su tiempo a la semana a ayudar a hacer manualidades por ejemplo, a dar amor a los abuelitos, platicar con ellos, hacerlos compañía” dice la madre quien se niega a las fotos.
Vestidas con el hábito de la Madre Teresa de Calculta estas mujeres que han dedicado su vida a servir a los demás, no se dan abasto ante tantas personas que deben atender.
De las 25 niñas cuyas edades oscilan entre los 10, 11, 12 y algunas ya jovencitas sobresale el caso de dos gemelas de 14 años. Ambas están ahí, no pueden hablar y acuden a escuelas especiales ya que tienen cierto problema en su desarrollo mental.
Los 80 abuelitos y las 25 niñas que habitan ahí porque sus familiares los abandonaron, necesitan de unos momentos de plática, de atención, de esas muestra del amor al prójimo.
Todos ellos, pasarán ahí este fin de año. Si usted quiere ayudar, no necesita llevar nada material, lo que necesitan es sus manos, su tiempo y su deseo de escuchar al prójimo.