Lucha contra el alza generalizada de precios, se extendería en México
Infiltrar movimientos sociales no es nuevo, sólo el recurso pa’ intimidar
Conflicto universitario quizá se resolvería con la sesión de la Asamblea
Almaraz Smer ha trabajado tanto, que, empezaría a despertar envidias
La justificación que Enrique Peña Nieto ofrece respecto al incremento en los precios de los hidrocarburos, no convence al conglomerado. Y sí, por el contrario, anima protestas generalizadas (hasta el grado de exigirle su renuncia) pues se ha producido un mar de alzas en otros servicios como la energía eléctrica y el transporte aéreo, marítimo y terrestre, en toda su expresión; la expedición de pasaportes, actas de nacimiento y defunción cuando menos.
Pero, lo más grave, es que provoca aumentos en la canasta básica, aparte en medicamentos, la asistencia hospitalaria e incluso funeraria; y, por supuesto, en casi todos los productos ofertados en el mercado.
De ahí que la inconformidad social crezca y se multiplique en contra suya, como lo prueban los bloqueos carreteros y las manifestaciones por lo menos en más de 15 entidades, aunque a decir verdad la sociedad de los otros estados también se involucran, pero a través de redes sociales, por temor a las represalias, dejando en claro su rechazo a la política que en beneficio de la usura internacional practica el señor de Los Pinos.
Lo cierto es que el pueblo ya está hasta la madre.
Cansado de tanto abuso, vejaciones, maltrato, inseguridad, engaño, corrupción, complicidad…
Y más si consideramos la ineficiencia, ineficacia e incapacidad de la Federación, en connivencia clara con los otros dos niveles de gobierno y los poderes
Legislativo y Judicial para entender, y atender, los preceptos constitucionales que puntualmente indican dónde inician los derechos de la sociedad y hasta dónde los gobernantes están obligados a procurar el cumplimiento cabal de estos.
¡Ah!, pero eso sí, desde hace meses se ha convocado a celebrar en grande el centenario de nuestra Carta Magna (5 de febrero) con eventos rimbombantes.
En descargo de la clase gobernante sé también que el aumento a la gasolina (premium y magna), diésel y energía eléctrica, fue necesario en un intento para evitar aplicar más y mayores impuestos en otros rubros y así disfrazar la quiebra financiera del país –al menos por el momento, en virtud a la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex) y, por supuesto de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)–, pero los culpables de las ventas de esas dos empresas debieron
habernos informado, en tiempo y forma, sobre el colapso que éstas acarrearían.
Ciertamente no lo hicieron, disfrazando sus aviesas intenciones y la consecuencia de sus malévolos actos, por lo que la crítica es justificada.
Sobre todo, cuando el pueblo está pagando la consecuencia de sus errores.
Por eso considero justo y necesario sumarnos al movimiento contra el gasolinazo para así rescatar lo que estamos perdiendo: la dignidad, el nacionalismo y los derechos consagrados en la Constitución Política, tal vez por el fundado temor a ser reprimidos por los grupos paramilitares al servicio del Gobierno, como bien sabemos ha ocurrido (ya) en la Ciudad de México, Monterrey y varios municipios del Estado de México.
Lo cierto es que tanto en el sur, centro y norte del país, se exige dar marcha atrás al aumento de precios a los combustibles, aunque hay otra alternativa más viable: obligar al Congreso de la Unión a reducir cuando menos dos aranceles: el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que mucho encarecen los precios de los hidrocarburos.
Pero ninguno de ambos planteamientos quiere aceptarlos el jefe del Ejecutivo Federal, porque eso le significaría captar menos recursos para medio sostener la inflación y evitar así una drástica devaluación del peso cuyo poder adquisitivo, hay que reconocerlo, es prácticamente nulo.
El señor de Los Pinos aduce que en caso contrario el pueblo tendría que pagar costos más onerosos en su quehacer cotidiano, sin mediar un diálogo con los millones de inconformes, todavía, pese a saber que nada puede hacer ya para convencernos de haber tomado la mejor decisión al decretar el gasolinazo.
Irritación entendible
Hace días le comenté que la inconformidad social se ha agudizado pues ningún ciudadano acepta el gasolinazo, provocando manifestaciones en la vía pública y frente a instalaciones gubernamentales, pero más en las llamadas redes sociales.
Sin embargo para Enrique Peña Nieto y su secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña, la irritación terminará de un momento a otro, cuando empiecen a bajar los precios al liberar estos, con la expedición de los combustibles por parte de varias empresas, que habrán de competir, entre sí, sepultando el monopolio que otrora ejercía Petróleos Mexicanos (Pemex).
‘Esto a partir del próximo tres de febrero’, han dicho.
¡Cuánta aberración!
¿Acaso creen que ignoramos que la paraestatal sólo cumplía con la distribución de combustibles a los expendios (privados), pero nunca hizo ventas directas al público?
Entonces, ¿de qué monopolio están hablando?
Hasta donde sé, ninguno de los nuevos expendedores explorarán ni explotarán ni refinarán el petróleo para convertirlo en gasolina o diésel, a diferencia de Pemex que seguirá proporcionándoles los hidrocarburos. Y hasta eso a costos preferenciales, para que cada cual los comercialice a su libre arbitrio.
Por eso a través de grupos de choque (provocadores) han infiltrado, violentamente, las marchas y mítines para tratar de justificar lo que viene en su programa: desacreditar toda libre manifestación en contra, bajo el argumento de diezmar toda insurrección a través de la fuerza pública pa’ garantizar la estabilidad del país.
Pero es tan obvia su jugarreta, que nadie (con más de dos dedos de frente) se traga el cuento de que los protestantes públicos han cometido, en su cotidiana manifestación, actos vandálicos, aunque la anarquía sea hasta hoy el distingo de sus acciones.
Más no de su reclamo, por ser uno solo.
El mismo de los más/menos 130 millones de mexicanos, que, hasta la madre ya estamos de tanta corrupción, abuso, ineficiencia, simulación e influyentismo.
Cierto es que, en todo arroz hay prietitos. Pero de eso a que todos y cada uno de los inconformes sean delincuentes ¡en potencia!, como mal lo divulgan las huestes del señor de Los Pinos (en las redes sociales), la verdad se antepone a la mentira.
En la víspera, Enrique Peña Nieto ofreció un mensaje a la Nación.
Dijo, entre otras cosas, que comprende el enojo de la población, por el incremento el precio de la gasolina. Pero (aseguró que) de lo contrario otras medidas serían más costosas y dolorosas para el país, en un plan, para los observadores, amenazante.
Esto cuando en al menos la mitad de las entidades se desarrollaban manifestaciones públicas de rechazo; e hicieron su aparición violenta los grupos porriles que se dedicaron a saquear comercios y golpear gente al acatar instrucciones, sembrando el terror e incitando a una revuelta pero armada.
Sin embargo su embestida no ha producido el efecto programado.
Y no, porque la sociedad aún analiza, aunque igual, desorganizada, cómo y cuándo apretar su movilización a partir de mañana.
Pero pacíficamente.
Y cuidándose de los infiltrados.
Evidencias
Suman hasta hoy más de un centenar los comercios saqueados por los grupos de choque al servicio del Gobierno Federal, tan sólo en la Ciudad de México, el Estado de México y Monterrey (Nuevo León).
Lo afirmo porque tengo evidencias.
Ahí le va una sola:
En casa de un familiar –omito su identidad por razones obvias–, fue detenido un jovenzuelo que quiso destruir un negocio; y al ser capturado e interrogado dijo que lo habían contratado para en cinco minutos desde que lo ‘plantaron’ tenía que hacer un ‘desmadre’ con el rollo de protestar contra el aumento a las gasolinas.
Él dijo, también, desconocer la zona, pero traía la consigna de robar cualquier establecimiento y romper vidrios, puertas y golpear gente en al menos tres minutos cuando su jefe apareciera y lo rescatara; más dos si acaso resultaba capturado o lesionado.
De alargarse el tiempo esperaría la llegada de una patrulla policial.
La que llegó enseguida y lo subió bajo el argumento de consignarlo por vandalismo. Igual que al grupo de al menos 30 provocadores que, al punto, arribaron en un autobús.
¿A más de diez kilómetros del centro?
No supe más del sujeto. Pero los vecinos que capturaron a otros me comentaron que, al interrogarlos, ‘soltaron la sopa’ de que les pagaban y garantizaban su libertad inmediata.
Grupos de choque
El reclutamiento de jóvenes para disolver cualquier expresión ciudadana que al Gobierno Federal incomode, no es nuevo.
Y regularmente se hace al través de actos vandálicos, por ser (ésta) la mejor forma de infiltrar cualquier movimiento para desintegrarlo.
En el siglo pasado, ocurrió cuando la llamada ‘Guardia blanca’ logró infiltrar agentes que se ganaron la confianza y traicionaron a los jóvenes que en 1968 intentaron derrocar al presidente Gustavo Díaz Ordaz, bajo la protección del mentado ‘Batallón Olimpia’ que masacró estudiantes, el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas de la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco.
Y en junio 10 de 1971, surgieron ‘Los halcones’, infiltrándose en una marcha, que partió del Instituto Politécnico Nacional (IPN) hacia la Plaza de la Constitución (el otrora DF), en contra del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, para impedir que la asonada de entones prosperara con la toma del Zócalo.
En ambos casos las movilizaciones rebasaron al Gobierno.
Igual que ahora.
Y también, esas dos insurrecciones (anteriores) fueron abatidas con violencia y balas.
Hoy de nuevo se recurre a los grupos de choque, considero.
Sobre todo porque Enrique Peña Nieto advierte una asonada social tanto o más que las del pasado, aun cuando su complicidad, con Acción Nacional (PAN) y los grupos de interés que lo sostienen en el cargo, sea para darle en la madre a mi país.
Por eso y más me uno al rechazo de una protesta violenta.
Provocadores
Para diezmar a la sociedad inconforme, instancias gubernamentales han reproducido viejos catálogos de disuasión como se advierte en las redes sociales.
Y enseguida reproduzco un manual, intitulado ‘Plan para dividir a la población y no se sume a la protesta’.
Hela aquí:
1) Manda policías/paramilitares vestidos de civiles a que abran y roben tiendas. Pero deben ser tiendas en colonias populares (Wal-Mart, Chedraui, Soriana, Elektra);
2) Tiendas en colonias populares, porque la gente está necesitada y es más fácil que se sumen y cometan actos vandálicos;
3) La gente de estas colonias populares verá que están robando, no dudará en meterse a sacar algo porque no habrá seguridad;
4) Que se retiren policías/paramilitares de las tiendas;
5) Posteriormente, enviamos patrullas a las tiendas afectadas, para atrapar a la gente que cayó en la trampa;
6) Habrán muchos curiosos que graben estos actos y lo subirán a las redes sociales, y se volverán virales;
7) Videos e imágenes se replicarán en televisión y otros medios, se volverá masivo;
8) Se dará la noticia de todos los daños materiales, lesionados, muertos y de los consignados al MP (Ministerio Público);
9) Concluye el plan. Dato psicológico: Cuando la gente actúa (roba) en colectivo pierde la individualidad, y con esto la responsabilidad de sus actos desaparece, porque al actuar en grupo comparte culpa y le es más fácil realizarlo.
¿Qué gana el Gobierno?
Según el mismo manual, los financiadores del porrismo (léase grupos de choque), en su objetivo de ganar popularidad se plantean:
a) Crear pánico con el nuevo problema que ellos crearon;
b) Que nadie más salga de sus casas a manifestarse;
c) La población condenará las manifestaciones y la violencia;
d) El tema del gasolinazo y del alza a la canasta básica, ya no sería prioridad;
e) El tema en medios de comunicación sería la violencia y saqueos, en tiendas;
f) Que se divida la opinión de la población. Unos estarán en contra, otros a favor;
g) Entre ellos se van a pelear; ya no será población vs el Gobierno;
h) Que gradualmente desaparezca el ánimo por protestar y un cambio real;
i) Que la mayor parte de la población se resigne: los que apoyaban las manifestaciones, los que apoyaban desde casa la causa, los que marcharon, los que querían un cambio;
j) Que la población tenga un sentimiento de incertidumbre, miedo, derrota y hartazgo; y
k) Que finalmente México acepte el gasolinazo y todas las consecuencias que surjan de ello.
Para los elucubradores existe el control social, no es ciencia ficción, siempre y cuando se acaten las instrucciones de arriba.
Y basan su conjetura en un sistema de pánico moral, que se aplicó en Europa iniciando el siglo XXI.
Universidad
Aún no se define fecha para la sesión extraordinaria en que la Asamblea Universitaria elegirá director de la Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias para el Desarrollo Humano (campus Victoria), pero, supongo, lo haría antes de concluir el mes en curso.
Esto para apaciguar al llamado ‘Grupo azul’, de Gonzalo Hernández Flores, que, en los últimos días, se ha dejado caer con todo en contra de Enrique Carlos Francisco Etienne Pérez del Río, con miras a ‘recuperar’, según ha trascendido, el control del plantel, aunque su objetivo de fondo sea apoderarse de la Rectoría.
Sobre todo, cuando se discurre que por presiones pudiera renunciar el actual rector (a casi un año de concluir su período legal), para ceder el espacio a Jesús Lavín Verástegui (quien fuera director de Comercio) o al hoy Coordinador general Jurídico del Gobierno estatal, Abelardo Perales Meléndez.
Al respecto, Etienne Pérez del Río ha negado haber pensado dimitir al cargo, aclarando que su gestión concluye hasta diciembre de este año y no con el cambio de mandatario, puesto que “no somos una Secretaría de Estado; somos un organismo público autónomo… y tenemos nuestras propias leyes. No es cuestión de violentar la legislación universitaria”.
Como fuere, en el ocaso del 2016, al través de las redes sociales se difundieron dos videos acusándolo de distintos ilícitos, aunque en ningún caso se exhibieron pruebas, confirmando que hay un embate que intenta provocar su caída.
En uno aparece Amparo Vargas Martínez (director con licencia de la escuela) y en otro Irma Esperanza Ibarra Flores (la directora interina), en plan retador –inclusive ella lo enfrentó personalmente–, dejando en claro que defenderán la reinstalación de Gonzalo ante cualquier instancia y su denuncia contra actos de corrupción y abusos, por parte del rector, nada ni nadie podría frenarla.
Y tan grave se ha tornado el asunto, que ya el secretario General de Gobierno, César Augusto Verástegui Ostos, ha intervenido para dialogar con ambas partes en conflicto.
El desenlace seguramente lo apreciaremos antes de concluir enero.
E-m@il
jusam_gg@hotmail.com