Por el contenido del Acuerdo para Fortalecimiento Económico y Protección de la Economía Nacional (AFEPENA), que ayer firmó el Presidente, Enrique Peña Nieto (EPN) con algunos dirigentes empresariales y sindicales, para hacer frente al “gasolinazo”, me queda claro que está convencido que los mexicanos somos unos ilusos.
Si EPN y su nuevo secretario de Hacienda, José Antonio Meade, habían reiterado que el incremento a los precios de los carburante no tendrían consecuencias económicas ni provocarían un aumento de precios en productos y servicios, ¿para que firmar dicho acuerdo?
Peña Nieto dijo ayer que el acuerdo tiene como objetivos cuidar la economía de las familias mexicanas, impulsar los proyectos de inversión programados para 2017 y 2018, fomentar nuevas inversiones, mantener la creación de empleos, el crecimiento económico y la competitividad.
Según el acuerdo el sector empresarial a través de sus organizaciones asume el compromiso de coadyuvar a que no se incurra en un incremento indiscriminado de precios de bienes y servicios, especialmente de la canasta básica.
EPN Spiensa que los mexicanos son unos ilusos que van a creer por ese acuerdo no habrá incrementos de precios en productos y servicios.
En otro compromiso del Acuerdo se establece que el sector laboral se compromete a intensificar los procesos de productividad que permitan incrementar la competitividad.
Con o sin “gasolinazos” las empresas siempre están trabajando para ser más productivos y competitivos a contra corriente, porque el gobierno, que es su principal socio no solamente se lleva gran parte de sus ganancias vía impuestos, sino que es responsable del incremento en los costos, por las alzas en las gasolinas y la energía eléctrica.
Otro compromiso del acuerdo destaca: El sector del campo se compromete a trabajar en la mejora de la productividad del campo en beneficio de los pequeños y medianos productores y de la oferta nacional agroalimentaria.
Esa es otra ilusión, porque los hombres del campo no pueden ser productivos si el Gobierno este año decidió reducirles en un 50 por ciento los apoyos y por el alza del dólar y el diesel, sus costos de producción por hectárea se han incrementado, al grado que en estos momentos un taque de 200 litros de diesel, cuesta 3 mil 410 pesos, mientras que la venta de una tonelada de sorgo está en 2 mil 500 pesos.
¿Si el Gobierno Federal está en quiebra como van apoyar la modernización del transporte público y facilitar la movilidad urbana, como establece el acuerdo?
Otro compromiso del acuerdo es mejorar las condiciones de crédito a través de la Banca de Desarrollo. Esa es otra ilusión porque la demanda es que haya tasas de interés preferencial y no condiciones.
Otro objetivo del acuerdo es ofrecer apoyos para que los mexicanos repatríen sus capitales que tienen en el extranjero, que se estiman en 23 mil millones de dólares. Desde ahora puedo afirmar que nadie regresará un dólar, mientras que no tengan confianza en el Gobierno de Peña Nieto.
En su exposición Peña Nieto, dijo “quiero decirle al ama de casa, a la jefa de familia, al comerciante, al estudiante, al trabajador y al pequeño empresario: Para el Gobierno de la República es una prioridad proteger tu empleo, tu ingreso y tu gasto. Proteger tu patrimonio y tu ahorro. Proteger tu estabilidad, tu futuro y el de tus hijos.
Si los mexicanos pudieran responder a ese compromiso, le dirían a Peña Nieto “ya no me ayudes compadre”.
Luego vino un alarde del Presidente, “hoy México cuenta con una economía fuerte, dinámica y competitiva”.
Eso solamente se ven en el mundo de ilusión del Presidente Peña, porque si realmente tuviéramos una económica fuerte, el peso mexicano no se hubiera devaluado en más de un 50 por ciento de su Gobierno, nuestra deuda no hubiera crecido en este cuatro años del 31. al 51 por ciento del Producto Interno Bruto.
El Acuerdo anunciado servirá para tres cosas: Para nada, para nada y para nada, porque es un acuerdo de ilusiones.