El entusiasmo de los atletas que buscan su clasificación en las etapas eliminatorias de olimpiada, contrasta de manera rotunda con la realidad de los
municipios, el estado, y la propia federación en una historia que se repite desde hace 22 años cuando arrancó este programa.
Las competencias a las que convoca la Comisión de Cultura Física y Deporte (Conade) obligan a las autoridades a hacer malabares para cumplir las citas.
Motivos sobran para andar a último momento con el traslado, cuando los deportistas deben salir de sus ciudades, o para tener alimentación y hospedaje cuando fungen como sedes.
A esa hora faltan los valientes que durante las campañas, desde una tribuna ofrecieron a los atletas el apoyo como nunca antes. Pero los ejemplos sobran y es hasta es vergonzoso señalarlos otra vez, después de las ‘ventaneadas’ que les dieron con gráficas en las que los deportistas esperan en la banqueta de un hotel sin tener autorizado el hospedaje y por ende la alimentación.
Y esto se complica más cuando presidentes de asociaciones, como Octavio Bolaños Arroyo del ajedrez del estado, que después de las eliminatorias municipales, después de un mes hace cambios a la convocatoria.
Matamoros no escapa a esta realidad y hasta ayer no tenían resuelta la salida de los softbolistas a Reynosa, y eso que estamos a menos de 100 kilómetros.
Como las administraciones tanto aquí como en el estado son nuevas, se hace fácil culpar a los que se fueron para tratar de evitar la inoperancia y hasta se valen de ello para tapar a funcionarios improvisados que ocupan cargos decisivos.
Que no les dejaron información suficiente, que el presupuesto no está autorizado, que faltan los uniformes, son pretextos inútiles a esta hora cuando tuvieron la tan ‘presumida’ transición en la que se entiende debieron ponerse al tanto.
Entonces ese contraste les guste o no, va contra nuestros atletas y entrenadores que bastante hacen para poner en alto nuestro deporte.
Hay caminos que tal vez para nosotros resulten prácticos desde fuera de los manejos del poder. Primero es unificar criterios porque la idea de conformar una cantera de deportistas para nutrir al país es maravilloso, pero el sistema organizativo no es el mejor, y aquí otra vez es el tema dinero.
No es sano marcar diferencias que en vez construir destruyan. Es necesario mirar al futuro unidos, por encima de los ‘colores’ para permitir que nuestro deporte despegue y cumpla con nuestros sueños y nuestras metas.
Es el momento de Santos Lozano en Matamoros y de Carlos Fernández en el estado, para demostrar hasta dónde llega la capacidad de ser gestores, de convencer a sus jefes que es necesario mirar más a nuestros deportistas, porque seamos honestos, ellos están ‘atados de mano’ y cuando de presupuesto se trata se sienten entre la espada y la pared.
Si los cambios no llegan desde arriba señores, ustedes como responsables deben proponerlos, para sacar adelante un programa que asegura el futuro del deporte, con atletas de calidad.