Dice un viejo refrán divida y vencerás. Esta es una estrategia que desde hace muchos años practica el Gobierno Federal cuando se pone en riesgo sus acciones frente a sus adversarios, porque divididos pierdan fuerza para alcanzar sus objetivos.
Ante la severa crisis social y económica que padece México, el gobierno de Enrique Peña Nieto, que pasara a la historias como el más cuestionado y desaprobado, insiste en dibujarnos un país de color de rosa, que está en pleno crecimiento y con una gran fortaleza económica.
Como se recordará, a principios de enero, luego que el Presidente nos dijo que el “gasolinazo” no tendría ningún impacto económico en México y que su ajuste beneficiaría a millones de mexicanos, Peña Nieto intentó frenar el descontento social y convocó a los sectores empresariales y sociales a la firma del Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y Protección de la Economía Familiar, una burda imitación a los pactos que propuso el entonces presidente, Miguel de la Madrid Hurtado.
De todas las cúpulas empresariales, solamente la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) tuvo el valor de no validar esa farsa, porque no exponía acciones, compromisos y resultados. Su presidente, Gustavo de Hoyos, exhibió al Gobierno Federal revelando que les presentaron el documento para que lo firmaron dos horas antes de la ceremonia, con lo que era imposible alcanzar un consenso.
Si firmaron ese acuerdo: El Consejo Coordinador Empresarial, la Concanaco y la Concamin.
El lunes pasado, la Coparmex anunció un encuentro con los sectores empresariales y sociales para buscar consensos y realmente alcanzar un pacto social para México. La cita fue ayer en la ciudad de México.
Sin ninguna convocatoria de por medio, sorpresivamente ayer mismo y casi a la misma hora la Concanaco, que dirige, Enrique Senties y la Concamín, que encabeza Manuel Herrera, presentaron lo que llamaron plan de reactivación económica, para sacar las acciones de Coparmex.
Aunque ellos lo nieguen es evidente de que Peña Nieto ha dividido al sector empresarial y en esa forma ha debilitado a dicho sector, para que no pongan en tela de duda sus acciones y las tesis del crecimiento y la fortaleza económica de México, gracias a que se ha empeñado a defender la macro economía.
Cuando escuchó a Peña Nieto vanagloriarse de la fortaleza económica de México, me pregunto: ¿Que entiende por fortaleza económica el Presidente?
Tiene razón el Presidente Peña, si la fortaleza económica de México está sustentada en la brusca devaluación del peso mexicano frente al dólar en casi un 60 por ciento en su Gobierno; al incremento de 50 a 52 millones de pobres en el país y que nuestra nación haya tenido crecimientos mediocres de menos del 2 por ciento anual.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, pronosticaron que durante este gobierno de Enrique Peña Nieto, el crecimiento económico promedio anual será del 2 por ciento, contra un 4.3 por ciento al año que prometió en el Programa Nacional de Financiamiento para el Desarrollo.
El Gobierno de Peña Nieto, anticipa el FM y el BM, tendrá el crecimiento económico promedio anual más bajo, desde el sexenio de Miguel de la Madrid, que fue de 0.3 por ciento.
Con José López Portillo el crecimiento promedio anual fue de 6.5 por ciento; con Enrique Zedillo, el 3.3 por ciento; con Vicente Fox, 2. 2 por ciento y con Calderón, el 2.2 por ciento.
Esa es la cruda realidad y el Presidente no aceptará que nadie la ponga en tela de duda y por ese motivo, con éxito ha logrado dividir al sector empresarial.
PICADILLO……..EL PRIMER REGALO DE PEÑA NIETO PARA TRUMP. La extradición del narcotraficante El Chapo Guzmán, hacia los Estados Unidos, que se dio ayer sorpresivamente, está siendo interpretada como un regalo del Presidente al nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.