Aunque parezca agua que ya corrió, el tema relativo a que los ayuntamientos pagarán por la supuesta seguridad que brinde la Policía Estatal en sus respectivos territorios, es no sólo una mala noticia para esos órdenes de gobierno, sino además sufre en la percepción de su servidor de una asignatura pendiente. Y muy importante.
A las cabriolas presupuestales que tendrán que llevar a cabo las administraciones municipales, dignas de un trapecista que actúa sin red de protección, parece que será inevitable que en esos ámbitos suceda lo mismo que en la relación del Estado con el gobierno federal en ese mismo terreno:
Pagan y ordenan, pero no mandan.
Y la pregunta que surge es: ¿Tendrán los presidentes municipales la autoridad necesaria para ejercer el control de los efectivos estatales cuyos sueldos y logística les cueste a los erarios locales?
No lo creo. En un paralelismo, toda proporción guardada, al Gobierno del Estado recién concluido le costó más de 15 mil millones de pesos en el sexenio mantener en ese período a los militares, marinos y policías federales asignados a Tamaulipas. Una frase popular asienta que el que paga manda, pero en nuestra Entidad esa afirmación encontró la horma de su zapato en materia de seguridad, porque pese al enorme gasto realizado, el mando nunca estuvo –y sigue sin estarlo– en manos del Estado.
Ojalá me equivoque y sí se le concedan a los ayuntamientos las facultades para que éstos exijan a los policías bajo su resguardo financiero el cumplimiento
al tope de sus obligaciones, pero si se toma como modelo la relación Estado-Federación, las alcaldías podrían ser convidadas de piedra en la toma de decisiones en el conflicto social número uno en todos los rincones tamaulipecos.
¿Afectarían esas circunstancias los resultados de las acciones de vigilancia en los municipios?
Me atrevo a asegurar que sí. Queda claro que son las presidencias municipales las que tienen el pulso de sus comunidades. Saben en dónde les duele más y dónde pueden respirar, además de tener actualizados los mapas delincuenciales a la mano. Si las decisiones se van a tomar sobre un escritorio lejano, ajeno a la problemática local, ¿de qué le servirá a los ayuntamientos pagar por lo que no pueden manejar?
Tal vez me estoy adelantando a los hechos y el formato institucional sea diferente en este caso, con atribuciones formales establecidas para las administraciones locales. De no ser así, a los alcaldes les aplicarían un duplicado doméstico de la famosa y jocosa frase foxista dirigida a Fidel Castro:
Pagan y se van…
Riesgo real
El anuncio de la Secretaría de la Defensa Nacional de que representantes de la misma participarán en las revisiones escolares dentro de la “Operación Mochila”, revela el grado de inquietud que genera el nivel de riesgo en la posesión y uso de armas entre los alumnos.
Lo anterior no significa que los militares serán protagonistas de esos filtros, que corresponden a las autoridades y padres de familia en los planteles, así como a la policía, pero su calidad de observadores suma un factor esencial, que es la confianza en que esas acciones se lleven a cabo en un marco de orden.
Ojalá que estas revisiones no se estanquen con el paso de los días, dentro del olvido gradual que la sociedad aplica a casos como el sufrido en Monterrey, que podría repetirse en cualquier lugar y en cualquier momento, si no se aplica este sistema de control de manera permanente…
La frase de hoy
“Donde hay poca justicia es un peligro tener razón…”
Francisco de Quevedo/Escritor español del Siglo de Oro
Twitter: @LABERINTOS_HOY