Que lamentable escuchar los llamados a la unidad nacional por parte del Presidente Enrique Peña Nieto y que casi nadie en el país repare en la necesidad de atender el SOS de quien tendría que ser escuchado, atendido, pero que hace más de cuatro años dejó de ser líder y poco a poco se fue convirtiendo en el tirano al que su pueblo culpa de todo.
Así es mis queridos boes, Peña Nieto tiene razón cuando dice que son momentos en que todos los mexicanos tenemos que estar unidos más allá de colores y afinidades ideológicas partidistas, tiene mucha razón cuando dice que el país enfrenta una realidad cuesta arriba por el cambio de política exterior del nuevo gobierno de Estados Unidos.
Sí, el esposo de Angélica Rivera no miente cuando dice que solo con unidad y firmeza podremos hacer frente a las amenazas que vienen de los vecinos del norte. Urge estar unidos pues.
Pero en lo que el autor del gasolinazo histórico que nos recuerda qué hay que mentarle la madre cada que vamos a la gasolinera no tiene razón es en que él piensa que puede ser el que lidere el bloque de unidad nacional, por una simple, pero poderosa razón: El NO ES EL LÍDER DE ÉSTE PAÍS.
No puede Peña Nieto convocarnos a respaldar sus llamados y encabezarnos, luego de que de un trancazo en diciembre decretó el aumento de hasta el 20 por ciento a la gasolina y al gas licuado.
No puede el Presidente liderar a un país, cuando sus niveles de aprobación andan en el 12 por ciento gracias a la pésima conducción económica y política que ha tenido en los más de cuatro años que lo hemos padecido como primer mandatario.
No puede el señor ser el que encabece un llamado a la unidad nacional cuando todos los días es ridiculizado en las redes sociales, en la televisión de paga
o alternativa por internet, donde torpe es el calificativo más benevolente que se le acredita.
No puede ser el líder del país, un presidente cuyo partido ha cosechado derrotas en los últimos años y dos antes de que sean las presidenciales del 2018 ya
se le reserva el tercer o cuarto lugar de la elección para sucederle.
Muy lamentable que a México le encuentre sin líder el inicio del gobierno de Donald Trump quien ayer por la noche adelantó que hoy se comenzará a construir el muro fronterizo, que haya adelantado ya la renegociación del TLC que dejará a miles, tal vez cientos de miles sin empleo en el territorio nacional y que
bloqueará a decenas de productos mexicanos para que no accedan al mercado gringo.
Alguien pues, tendría que haberle dicho a Peña Nieto que no está en condiciones de hacer un llamado nacional, porque el pueblo lo rechaza, lo condena, lo odia por el daño que le ha inferido.
Alguien de sus asesores que ganan millones, tendría que haber adelantado la condición que estamos viviendo, porque la elección en Estados Unidos no fue ayer, porque el triunfo de Trump no fue una sorpresa y entonces Peña Nieto debió aplazar el gasolinazo para mantener aunque fuera algo de popularidad para atreverse a hacer llamados al pueblo.
Habrá quienes se regocijen con la pésima imagen de Peña Nieto, con el desinterés nacional que despierta, con el desprecio de 88 de cada 100 de los mexicanos, pero reflexionando sobre el tema debemos de lamentarlo, porque pierde él, pero nos pega a todos.
Obviamente en Estados Unidos leen las condiciones en que se encuentra el Presidente Mexicano y sus autoridades le hacen el feo, diga lo que diga no tendrá eco en su visita con el Presidente Tump, porque saben que no es capaz de encabezar un movimiento nacional.
Peña Nieto pues está solo en este país de 107 millones de habitantes más o menos, está solo porque sus socios, nuestros socios del norte del continente nos
han hecho cara de ‘fuchi’ cuando el propio presidente de Canadá Justin Trudeau, quien parecía amigo de México, también lo dejó solo y dijo que renegociará un tratado con Estados Unidos pero sin México.
Muy lamentable, porque mientras Donald Trump ha advertido que primero Estados Unidos y Trudeau ha expresado primero Canadá; ambos dos sin México, Peña Nieto sigue insistiendo en negociar y dialogar con quienes no quieren hacerlo con él.
Lo que le pasa a Peña Nieto debe ser una lección para todos los políticos de este país, no pueden estar golpeando a sus gobernados con alzas inhumanas, con actos de corrupción descarados, con la frivolidad con que se mueven generalmente mediante sueldos insultantes y gastos superfluos, cacheteando al pueblo y luego convocarlos a movilizarse con ellos como líderes.
Les debe haber quedado claro a todos los políticos que los tiempos en que el pueblo se tragaba todo, por amargo que fuera sin siquiera hacer gestos, pasaron a la historia.
Triste que haya sido en estos tiempos en que se necesita en verdad la unidad nacional, triste que los mexicanos no tengamos un líder como presidente y que
como solución las mayorías estén pensando en un tipo mesiánico y ocurrente como AMLO que temo nos ‘venezualizará’ si es que los pronósticos de su triunfo en el 2018 se cumplen. Será culpa de EPN.
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