7 diciembre, 2025

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Se queda solo

Enroque

Víctima de sus propios errores y ambiciones, a 28 años de su fundación, el Partido de la Revolución Democrática parece encaminarse a su disolución.

Desde que lo Chuchos, Jesús Zambrano y Jesús Ortega Martínez, asumieron el control, la agrupación política firmó su sentencia de muerte.

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, fundador y uno de los guías emblemáticos, abandonó las filas de la organización el 25 de noviembre del 2014, luego le siguieron el ex Jefe de gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas, el ex senador Mario Delgado, Marcelo Ebrard Casaubón, de triste memoria, Ricardo Monreal y la ex diputada y ex delegada de Coyoacán, la actriz María Rojo, entre otras figuras.

La que más daño le hizo, sin embargo, fue la de Andrés Manuel López Obrador. Con la salida de AMLO, la mitad de los militantes, seguidores y simpatizantes de la izquierda terminaron por sumarse al Partido Regeneración Nacional, MORENA, la nueva opción de la lucha por el poder de esta corriente política a ideológica.

La causa por la que dejaron al partido, que el PRD había traicionado sus principios e ideales de oposición para convertirse, como los demás partidos políticos, en otro miembro distinguido de la corrupción. Pero sobre todo, por haber apoyado al llamado Pacto Por México, gracias al cual el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto logró reformas constitucionales, entre ellas las Energética, la laboral, la Educativa, que se ganaron a
pulso el rechazo y el repudio de la sociedad.

Aunque tras la lamentable equivocación, con el pretexto de que el Revolucionario Institucional y Acción Nacional habían aprobado en lo oscurito la apertura de la CFE y Pemex a la inversión privada que no formaba parte de la agenda, dejó intempestivamente la mesa de negociación y el acuerdo llegó a su fin.

Lamentablemente, el mal ya estaba hecho. La idea de ayudar a EPN a sacar las enmiendas de la carta magna tuvo un costo letal.

La esperanza que tenían los jerarcas del Partido del Sol Azteca, ahora encabezados por Alejandra Barrales, de sobrevivir, frenar la desintegración e impedir la pérdida del registro, la alianza con el PAN en la disputa de la gubernatura del Estado de México, no tuvo éxito y ahora la vida del organismo ha quedado en manos del Jefe de Gobierno de la ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, si es que a última hora este no se
arrepiente de representar, como lo ha anunciado, la camiseta perredista en la sucesión presidencial del 2018.

A la creciente ola morenista encabezada por el nativo de Macuspana, Tabasco, en cambio, parece que nadie la detendrá.

A través del llamado “Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad y el Renacimiento de México”, al que se han sumado activistas y figuras políticas del propio ex invencible, el Partido del Trabajo, Legisladores, alcaldes y líderes sociales de todos los colores de oposición al régimen priista y al panismo, el partido del Peje está recibiendo el respaldo de amplios segmentos de la sociedad.

Primero lo consiguió en el Estado de Michoacán, en estos momentos lo hace en el mexiquense y posteriormente lo hará en el de Veracruz.

Una organización parecida al Frente Democrático Nacional que, con el Ingeniero Cárdenas Solórzano al frente, como candidato presidencial, peleó la presidencia de la República a Carlos Salinas de Gortari en 1989.

En Tamaulipas, como es del dominio público, el PRD perdió el registro en la elección de gobernador del 2016.

Los ciudadanos que le habían favorecido con el sufragio le dieron la espalda el 7 de junio. La razón, el evidente apoyo subrepticio de la izquierda perredista al gobierno y al tricolor que, a través de su candidato a gobernador, Jorge Osvaldo Valdez Vargas, lo mismo que del MC, con Gustavo Cárdenas Gutiérrez, y el PT, con Armandito Vera García, se dedicaron a golpear al PAN y hacerle el trabajo sucio a los priistas, que ni así pudieron evitar que Baltasar Hinojosa Ochoa fuera arrollado por los partidarios de la alternancia.

Por más marchas de protesta contra los gasolinazos y jornadas sociales organizadas por Alberto Sánchez Neri, Cuitláhuac Ortega Maldonado y compañía para tratar de revivir al instituto político, el partido amarillo de Tamaulipas, como el ex partido oficial, se encuentra en la lona y dudamos que pueda levantarse en los comicios federales del año que viene.

jlhbip@hotmail.com

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