No parece tener remedio. Cada día transcurrido es una especie de palada más a la fosa de las generaciones históricas del Partido Revolucionario Institucional en Tamaulipas.
Le diré el porqué de esta percepción.
La convicción en muchos de los que por décadas fueron “santones” del poder político en el Estado, es que ya no les alcanzarán los años para ver regresar al PRI a la cúpula gubernamental. El abandono de la jerarquía nacional y el pasmo de la directiva local alimenta esa visión.
En esa casi certeza, esos ex “gurús” empiezan a volver los ojos hacia otros establos, en una postura que revalida el viejo refrán de que más vale malo por conocido que bueno por conocer.
¿Significa esto que el Partido Acción Nacional apunta a una etapa de continuidad en el mando de la Entidad?
No necesariamente.
Tamaulipas vive momentos de incertidumbre abrumadora en lo que a confianza se refiere de parte de los ciudadanos hacia los partidos que podríamos llamar “tradicionales”. Y en este panorama, el que más agua está llevando a su molino es el “joven” Movimiento de Regeneración Nacional. Sí, MORENA, el mismo que parece patrimonio personal de Andrés Manuel López Obrador.
Lo cierto es que la figura del tabasqueño empieza a ser un imán, ante la seguridad de los militantes priístas de que el panismo, entendido éste como la generación actual en el poder, no cederá en ese evidente afán de enterrar todo lo que despida aroma al tricolor, así sean sus víctimas ejemplos de eficiencia laboral y profesional o hayan probado durante años su lealtad a las instituciones, no a un partido.
No es lo anterior resultado sólo de esa decepción, sino también de un trabajo soterrado de las huestes morenistas, que en forma discreta pero imposible de ocultar, salieron de su base principal en Reynosa y ya han sostenido en varios municipios los primeros acercamientos con algunos de quienes participaron en la frustrada campaña de Baltazar Hinojosa y se han sacado de la manga lo que sin duda es un as: Una potencial alianza con el magisterio.
Quien menosprecie este posible acuerdo está frito.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación es en Tamaulipas el gremio laboral que cualquier partido quiere presumir en domingo. Su organización es prácticamente la única que aún exhibe una cuantiosa dosis de disciplina institucional, sus integrantes son tan numerosos que pueden decidir una elección y tiene el dinero suficiente para moverse en forma autónoma, además de atravesar por un momento dorado para MORENA, dado que los maestros están muy dolidos tanto con el Revolucionario como con Acción Nacional.
Si se pregunta usted quienes son los principales puentes para esa probable alianza, busque entre los nombres de los ex dirigentes sindicales y de quienes han sido figuras priístas prominentes de la educación pública en el terreno educativo estatal. Todos, viejos lobos de mar que pronto saldrán al balcón.
En el firmamento, se avizora en el Estado una figura novedosa: Un “Peje” educado…
Ciegos y sordos
Para medir el avance de MORENA en la frontera, le transcribo esta nota del portal Línea Directa:
“Militantes y líderes de colonos pertenecientes al Partido Revolucionario Institucional renunciaron a su militancia para darse de alta como activistas en Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y con ello apoyar las aspiraciones presidenciales de Andrés Manuel López Obrador.
Se trata de priistas con liderazgo entre las colonias y algunos de ellos ex dirigentes de sectores y organismos del PRI, como es el caso de Omar Cantú Alvarado, ex líder del sector popular, Omar Ku Urtiz y Alejandro Prado Espinosa, que también se adhirieron a Morena”.
Quien tenga ojos que vea y quien tenga oídos que escuche. Aunque en Tamaulipas hay cada ciego y cada sordo…
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