En la víspera del Clásico Tamaulipeco el palpitar se acelera, los nervios aumentan, la adrenalina sube, la emoción ya se siente.
Quien no lo viva así, no sabe lo que este juego representa.
Es la edición 29 del pasional derbi del estado, donde los dos máximos referentes del fútbol tamaulipeco se volverán a ver las caras en un escenario sin igual, la cancha del Coloso de la Unidad Nacional que vestirá sus mejores galas para recibir por primera vez en los últimos ocho años en un duelo oficial, a la Jaiba Brava del Tampico Madero y al Club de Foot Ball Correcaminos.
La sensación indescriptible de tomar camino rumbo a las tribunas del estadio y atestiguar este choque, la he vivido personalmente desde varios ángulos, como aficionado hace más de 15 años cuando atestigüé aquel cotejo donde la escuadra azulnaranja fue a obtener un triunfo por 1-0, cuando terminó jugando con ocho hombres por las expulsiones de Villalobos, “Micky” y Cuesta, defendiendo el gol con el cuchillo entre los dientes y un enorme Pedro Prieto Quintero atajándole un penal a “La Yaya”, aquel domingo de enero del 2001, será un recuerdo que atesoraré por siempre en mi mente.
Al igual que aquel 3-1 a favor de los celestes que le costó el puesto a Leonardo Álvarez y cumpliendo labor como reportero, vi aquel golazo de Ángel “Chacho” García que provocó el único festejo que la parcialidad naranja tuvo aquella trágica noche de agosto del 2005.
El misticismo que guarda esa cancha le da un toque especial a este Clásico, de eso ni duda cabe.
Rememorar aquel empate tan famoso del 5-5 con un criminal arbitraje de Edgardo Codesal, es el primer referente no sólo del clásico en el escenario que mañana volverá a recibir a los mismos invitados, sino que es también la máxima referencia que tenemos de este duelo.
Hoy las condiciones son diferentes, pero no dejan de ser especiales.
Correcaminos y su eterno deseo de regresar al máximo circuito, sueño frustrado por 22 años y sin un horizonte que de esperanza, más que la fe misma que nunca muere.
En contraparte el conjunto celeste tan maltratado, tan utilizado, tan explotado por manos que no valoraron la historia de un conjunto legendario de nuestro fútbol y que hoy, gracias al poder adquisitivo de sus nuevos dueños están en la antesala de la Primera División, luchando con todo y contra
todo, pero a la vez demostrando orden y un proyecto ambicioso y bien respaldado.
La directiva encabezada por Javier San Román, con la experiencia del grupo Orlegi Deportes, no desaprovechará la oportunidad para lucirse y demostrar que pese a los problemas porcentuales que viven, tienen la capacidad de organización y cuidado logístico para terminar con saldo blanco este cotejo. Además de hacer de las tribunas una fiesta.
¿Qué nos falta?. Los protagonistas.
Ambas escuadras viven momentos difíciles en lo deportivo, un Tampico-Madero bien reforzado que no sólo busca evadir el descenso, sino calificar a liguilla y ascender y un Correcaminos lejos de zona de calificación, obligado a ganar para demostrar que es en realidad un proyecto serio.
Que los jugadores de ambos bandos valoren el entusiasmo de sus aficiones, que se brinden en cada pelota, en cada jugada, que hoy por hoy el Clásico se debe ganar no sólo por los tres puntos que hay en disputa, sino por la alegría que llevarán a cada uno de los hogares y de las vidas de quienes los siguen y confían en ellos.
Obviamente el resultado, a uno de esos dos bandos dejará triste, pero no insatisfecho, pues en el esfuerzo, en la lucha, en la entrega y en la garra que se demuestre en el campo, serán la mejor de las pagas a quienes creen en sus camisetas.
En Tamaulipas somos bendecidos con tener dos equipos del deporte más popular y amado del planeta tierra, dos equipos con una historia rica, digna de presumirse y que protagonizan un derbi que no cualquiera puede tener.
Vivámoslo con pasión, disfrutémoslo con emoción… se acabó la espera señoras y señores, porque por fin… ¡llegó el Clásico!.
@luisdariovera