El Barcelona, el club brasileño Santos y una empresa operada por los padres de Neymar han agotado también su última apelación e irán a juicio, tras una querella interpuesta por un grupo de inversionistas brasileños, el cual señaló que se le había pagado una compensación menor a la debida, debido a que parte de la cuota desembolsada por la transferencia fue ocultada por los involucrados.
La fiscalía ha solicitado una sentencia de dos años de prisión y una multa de casi 10 millones de dólares para Neymar y su padre, por cargos de corrupción. Sin embargo, es improbable que vayan a la cárcel si se les declara culpables, pues no tienen antecedentes penales.
Asimismo, la parte acusadora exige una multa de unos 9 millones de dólares para el Barcelona y otra de 7 millones para Santos.
Con información de Excelsior.