*El autor es Premio Nacional
de Periodismo 2016
El escribidor opina que en estos momentos lo peor que pueden hacer las autoridades es criminalizar a los niños y jóvenes en edad escolar. Es un error porque los sitúan como delincuentes hasta que no demuestren lo contrario. Por supuesto que se trata de evitar tragedias, desde luego que no hay mejor medida que la prevención, pero este no es el método adecuado para que las nuevas generaciones confíen y crean en las instituciones. Bastante tienen al saber que la república está ahogada por la corrupción e impunidad y que no son pocos los “destacados” representantes del sistema que están bajo sospecha por las mismas razones.
En Tamaulipas criminalizar a los escolares se ha puesto de moda. Y sobre el tema opinan toda clase de personitas relacionadas con el poder pero no
toman en cuenta la voz de sus víctimas que ven seriamente afectados sus derechos humanos permaneciendo arrinconadas y dependientes de las ocurrencias de funcionarios cuya coincidencia es la deslealtad hacia las instituciones y son los mismos que en ejercicio del poder sólo tienen el objetivo de
obtener riqueza pronta y expedita. Y ni modo que sea invento.
¿En verdad a esta clase de gente les importan los niños y jóvenes de nuestro estado?.
La ignorancia y carencia de sensibilidad oficial está produciendo generaciones desconfiadas y con alto grado de rencor por la forma en que son tratadas por quienes debieran protegerlas en verdad proveyéndolas de mejor calidad de vida aunque sucede lo contrario cuando literalmente son empujadas a la violencia. Y es que sólo violencia han conocido en Tamaulipas durante su corta existencia.
¿Desde cuándo la inseguridad impera en el estado?. Desde hace 25 años forma parte de la vida diaria y es el escenario en que crecen cuando menos dos generaciones cuya presunta criminalidad sirve de tema al lucimiento de toda clase de autoridades que opinan y toman decisiones sin considerar el daño causado. (Nota en lugar de “sin considerar el daño causado” iba a escribir “a lo pendejo” pero me apena utilizar lenguaje prosaico en los albores del carnaval que produce sangre, sudor y lágrimas al alcalde victorense Oscar Almaraz Smer). Dicho sea sin ganas de ofender.
El cuento de Videgaray
Son ridículas las declaraciones de Luis Videgaray en sentido de que México no aceptará las medidas anti-migratorias del presidente gringo, como si no supiéramos que por tradición quienes conforman el supremo gobierno, cuando menos de Miguel Alemán para acá, se comportaron y comportan serviles al imperio gracias a lo cual nuestro país está convertido en traspatio y hasta en basurero de los vecinos. Ni cómo negar que acá arrojan toda su porquería y se llevan lo mejor que no es otra cosa que miles de millones de dólares de incontable ganancia empresarial cada año.
De manera que el titular de relaciones Exteriores hace el ridículo quesque oponiéndose a las locuras de Trump cuando hace unos meses pequeño se le hacía el piso para celebrar al republicano quien todavía en campaña vino y trapeó con las instituciones. Entonces Videgaray se desvivía por aparecer como “operador” de la vergonzosa presencia del gringo en Los Pinos. ¿Acaso no sabía de sus intenciones discriminatorias y fascistas respecto de la paisanada que batalla para sobrevivir del otro lado de la frontera?.
Que no le haga al “Tío Lolo” porque de alguna forma Videgaray fue partícipe de las criminales intenciones de Trump. ¡Claro!, entonces no era secretario de RE sino el poderoso titular de Hacienda a quien EPN encomendó la tarea señalada con el propósito desde luego, de posicionarlo como presunto candidato presidencial. Igualito como sucede ahora que aparece nada menos que como santo milagroso de los deportados.
Después de conocer las susodichas declaraciones uno debe imaginar que el supremo gobierno no cuenta con argumentos sólidos para convencer a Trump del daño social, económico y familiar que de hecho ya está causando. ¿Pensará Videgaray que asustará al enloquecido gringo?. Si lo piensa requiere cuanto antes de un severo examen médico de profundo alcance neuronal.
Pero viene lo más mejor cuando el funcionario en cuestión precisa la decisión de acudir a organismos internacionales a efecto de defender los derechos humanos de los mexicas en peligro de exportación. ¡Rájale!. En este sentido sabrá usted que el régimen tricolor nada más está siguiendo el consejo de López Obrador quien desde que antes de la toma de posesión de Trump demandó la intervención de la ONU para evitar los excesos del desquiciado gringo.
De manera que Videgaray “se pone bravo” con el gobierno de Tump y éste que se debe estar carcajeando.
Sucede que
La ultraderecha panista protesta porque el gobierno de Cuba prohibió el ingreso de Felipe Calderón a la isla. Qué pronto se les olvidó que Vicente Fox virtualmente expulsó de México a Fidel Castro obligándolo a salir porque no deseaba incomodar a su amo Bush. Recordad aquel “comes y te vas”.
Y hasta la próxima




