29 diciembre, 2025

29 diciembre, 2025

Laberintos del poder

“Te lo digo en confianza”…

Laberintos del poder

La rumorología, esa especie de ciencia inexacta pero muy eficiente para provocar confusión, ha sentado sus reales en Tamaulipas. Y la actividad pública no es una excepción.

No es nueva la presencia de ese fenómeno, que convierte a los intrascendentes cotilleos en verdades absolutas gracias a la repetición machacona del poderoso “boca en boca” ahora nutrido por las redes sociales, pero esa vieja conocida se ha vuelto más riesgosa por la credibilidad que la sociedad le concede a los chismes de café sobre las declaraciones de un funcionario.

¿Por qué se ha hecho en el Estado más virulento el rumor como herramienta de deformación o interpretación a modo?

La respuesta parece evidente: Por la falta de información oficial que debe o por lo menos debería, atacar de inmediato ese tipo de manejo comunicacional para tratar de aclarar lo que en muchas ocasiones es falso. En parte o en todo. Hoy, basta que alguien suelte un “te lo digo en confianza” para que sea tomado como la palabra de Dios. Si sumamos a esto el manejo usualmente irresponsable de algunos portales que se presentan como medios informativos, el efecto es devastador, porque aunque una dependencia intente en forma tardía precisar un supuesto acontecimiento, el daño ya está hecho. Nadie le cree.

Juzgue usted por el tamaño de las víctimas virtuales si no conlleva, como señalé antes, altas dosis de confusión la rumorología en la política o en una administración pública:

El primer estrago provocado por su uso se dio en la Secretaría de Salud. Su titular, Lydia Madero, aún sigue para la mayoría con un pie en el despeñadero, porque los rumores –que han recibido una raquítica respuesta de su equipo de prensa– siempre la han manejado como la primera baja del sexenio.

Una suerte similar ha sufrido la Secretaría de Obras Públicas, cuyo titular es Cecilia del Alto López, en la cual de acuerdo a los rumores que –otra vez– no se han desmentido, ya presentó su renuncia un subsecretario. Un caso similar, se dice, sucedió en la Secretaría de Educación, aunque por lo menos los rumorólogos tuvieron piedad y precisaron que las presuntas dimisiones no fueron aceptadas. Y para la mayoría, esto es real.

El chismorreo, personal o digital, pega hasta en los círculos más altos y ya colocó al Secretario General de Gobierno, César Verástegui, como otro candidato al reemplazo, cuando al parecer es uno de los colaboradores más firmes y goza de influencia total en la estructura gubernamental.

Hay varios casos más, pero el más reciente –apenas ayer– le puso nombre y apellidos a otro rumor en la persona del Director de la Policía Ministerial, Roberto Carlos López, quien conforme a una especie desatada por algunos portales presentó también su renuncia ante la Procuraduría General de Justicia. Nadie hasta anoche había confirmado ese “direte” y lo más probable es que también sea producto de una mente calenturienta o quizás de una maquinación para, vuelvo a insistir, crear confusión.

Con seguridad habrá quien afirme que no se puede estar contestando todos los chismes, algunos de auténtico lavadero, porque sería el cuento de nunca acabar, pero por lo menos en el caso de las figuras institucionales que deben poseer un alto grado de solidez, no sólo es recomendable sino también necesario. Existen muchas caminos para hacerlo.

En este escenario parece una certeza que la malvada rumorología seguirá reinando en la política, no sólo del Estado sino del país.

Pero ante ese virus deformador de la verdad, se impone crear mecanismos que le lleven al ciudadano un poco más de luz para no caer tan frecuentemente, con todo el daño que llevan consigo, en las trampas de un periodismo digital sin profesionalismo o de los expertos, que sobran, en crear enredos…

La frase de hoy
“La política es la segunda profesión más antigua de la historia. A veces creo que se parece mucho a la primera…”
Ronald Reagan/Ex presidente de EE.UU.

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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