En el fragor del quehacer público estatal que se vivió la semana pasada, en la opinión de su servidor dos hechos merecen para la Entidad atención especial.
Los dos –uno de ellos de corte nacional y el otro regional– están involucrados en el complicado escenario que amenaza al Estado en relación con la nueva presidencia de Estados Unidos. O para decirlo de manera más directa, con su titular Donald Trump.
El primero, la postura de Tamaulipas hecha pública en voz del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, durante la visita a México del Secretario de Estado de ese país, sobre las acciones que debe adoptar nuestro gobierno en ese tormentoso mar de dimes y diretes desatado por el norteamericano.
En mi juicio, el mandatario tamaulipeco dio un plus a la postura de solidaridad que han mostrado los demás gobernadores al ofrecer opciones concretas para enfrentar la posible crisis que desatarían las deportaciones masivas de paisanos. Entre ellas, la reactivación del empleo temporal. No es una propuesta sobre las rodillas. Tamaulipas es una de las geografías nacionales más autorizadas en derecho por su importancia fronteriza y le es urgente que exista un piso firme para reducir el efecto de una población flotante que reclamará trabajo y servicios. Buen punto del ejecutivo estatal.
El segundo, de alcance regional y además binacional, es la reunión de Cabeza de Vaca con el Comisionado de Agricultura de Texas en el puente internacional Juárez-Lincoln en Nuevo Laredo. Lo que en otros momentos hubiera sido un anodino acto protocolario, alcanzó un sesgo de alto impacto por el mensaje conjunto de las dos autoridades dirigido a sus respectivos presidentes, en donde les dirigieron una invitación formal a visitar esa frontera para atestiguar los efectos de la cooperación.
Sería excelente que lo hicieran los dos mandatarios, porque precisamente la relación entre Tamaulipas y Texas es modelo de coordinación y desarrollo común, lo que abriría los ojos –aunque la mente no lo creo– de Trump y daría a Peña una muestra de que los conflictos binacionales en esta región se pueden resolver, como dice la voz popular, “en cortito”…
Sirve para todos
Fue una respuesta contundente.
En el caso de la renuncia del ahora ex Director de la Policía Ministerial en el Estado, Roberto Carlos López Flores, la declaración aclaratoria del propio involucrado difundida en forma institucional aunque también más tarde de lo deseable, apagó rumores y dejó sin pólvora a la rumorología.
Sería ocioso recapitular en lo manejado por redes sociales y por el “boca en boca” sobre ese caso, pero sí vale la pena destacar esta medida informativa destinada a transparentar a través de una versión oficial, las acciones gubernamentales.
Y si funcionó en el caso de López Flores y la PGJ, por supuesto que también lo haría en forma positiva en otros casos afectados en forma similar por los cotilleos de pasillos y cafés…
¿Quién gana más?
Para quienes piensan que las diferencias de siglas y colores partidistas en los círculos gubernamentales son sinónimo de distanciamiento, la administración estatal y la municipal de Victoria, son una excepción. Van de la mano.
Hasta ahora, el trabajo público local efectuado por el alcalde Óscar Almaraz Smer ha recibido el apoyo indistinto de la gestión del gobernador Francisco García. Y gracias a esa coincidencia el jefe de comuna ha logrado salir adelante en rubros tan vitales como la limpieza pública, el satisfactorio trabajo en la Comapa, la atención a vialidades y el rescate de las labores de Tránsito.
¿Gana más con eso el Estado o el Ayuntamiento?
Tengo la certeza de que eso es lo de menos. Quienes más ganan son quienes viven en Victoria…
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