Con 17 años, Julián Ríos, estudiante de la Preta Tec Campus Eugenio Garza Sada, se dio a la tarea junto con otros compañeros, de diseñar un brasier que pudiera detectar a tiempo el cáncer de mama.
Esta inspiración de crear un dispositivo que detectara el cáncer a tiempo, vino luego de que a la madre de Julián, le amputaran los dos senos a causa de la enfermedad y un mal diagnostico.
Hace un año, Ríos y sus compañeros, desarrollaron una solución que pudiera ser más acertada que la autoexploración y menos peligrosa que una mamografía.
De acuerdo con la National Breast Cancer Foundation, ha sido comprobado que la radiación, así como la comprensión que causa este tipo de estudios, pueden provocar la propagación de células cancerígenas a otras partes del cuerpo, causando metástasis.
Julián Ríos desarrolló ‘Eva’, un brasier que integra al menos 200 pequeños biosensores capaces de mapear la superficie de la mama y determinar la conductividad térmica por zonas.
Con esto se refiere a que entre mayor calor haya en cierta área, significa que hay un mayor flujo de sangre, lo que significa que hay algo anormal y corresponde a un cáncer.
Una mujer necesitaría utilizar entre 60 y 90 minutos el brasier a la semana para poder llevar a cabo el análisis a partir de Eva y así posteriormente corroborar los resultados con un oncólogo.