CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- David Crispín Guerrero, hombre de sacrificios en su carrera, el claro ejemplo del que persevera alcanza, ser humano humilde y con la mente siempre puesta en lograr sus objetivos, la vida lo tumbó pero él nunca se quedó abajo.
Se esforzó aunque el destino desgarró el sueño de ser futbolista, no cumplió todas sus metas, pero sí desarrolló otras habilidades que no sabía que las tenía, hoy en día uno de los mejores corredores del estado.
Nació el 26 de enero de 1991 en el pueblo de Congregación Quintero, ubicado a 15 km. de El Mante, hijo de Wilfrido Crispín Franco y la señora Noemí Guerrero quienes junto a su hermano Wilfrido Crispín, han sido un apoyo fundamental en su carrera como atleta, así como en los descalabros que tuvo como futbolista al igual del logro que para él significó terminar sus estudios en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde se tituló en la carrera de Administración y posteriormente la maestría en Gestión Empresarial.
David Crispín concedió una entrevista a Oé! de Expreso, donde habló de todo lo que ha tenido que pasar como corredor y en sus otras facetas donde ha sufrido, pero también ha triunfado de gran forma en muchas competencias en las que ha participado a nivel local, estatal y nacional.
El principio de su vida
Para David Crispín Guerrero no todo fu e el correr, antes de ello, tenía un sueño que era el ser fútbolista profesional y estuvo a nada de lograrlo, pues en el equipo de Correcaminos y Rayados de Monterrey estuvo en divisiones inferiores.
“Empecé a jugar fútbol a partir de los 6 años en la primaria Emilio Carranza, inicié jugando por diversión, pero cuando vas creciendo te pones una meta, y pues yo me puse una y era jugar profesional”, abrió la entrevista a Oé!.
Nunca se imaginaba que el fútbol sería una parte esencial de su vida, al empezarlo a jugar como un pasatiempo pero después todo cambió, pues ese pasatiempo se convirtió en algo más serio, todo esto cuando fue a probarse a unas visorías.
“Fue a la edad de 15 años, yo estaba en la Prepa, me fui a probar a Tercera División de Jaguares Mante, fue donde empecé a entrenar y me aceptaron gracias a Dios y ahí, mi mente era ser maestro, pero también era ser futbolista, la verdad no creí que me dedicaría a esto”, comentó.
“Recuerdo que sentí nervios, cuando terminó el juego estaba más relajado piensas que cumpliste uno de tus objetivos, debutar en Tercera División, ahí duré tres años, pero yo quería terminar la Prepa, mi idea era seguir estudiando”, indicó.
Fue en ascenso
A la edad de 18 años, Crispín Guerrero, decidió mudarse a la ciudad de Monterrey donde probó suerte donde al final logró quedarse en el equipo a pesar de las dudas de los entrenadores, por lo que recibió una oportunidad más en el fútbol.
“Fueron los años donde se crearon sub-17 y sub-20, al principio no me dijeron que no pero tampoco que sí, aún así había una posibilidad de que hubiera una chance, al último me terminé quedando”, mencionó.
A pesar de buscar su sueño él nunca dejó sus estudios pues siempre consideró importante tenerlos aunque su vida era el fútbol, aunque aceptó que fue muy difícil para él llevar el fútbol y la escuela “me preinscribi en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), en la carrera de Ingeniero Civil, pero fuí una semana, la verdad se me complicaba mucho, porque la ciudad está muy grande y había mucho tráfico, era algo muy pesado, fue una decisión muy difícil”, exaltó.
Ante esto su madre la señora Noemí Guerrero no le parecía la decisión de que dejara el estudio para ser futbolista pero, “les dije a mis papás que me dieran la oportunidad de dedicarme al fútbol, al principio mi mamá me decía que como dejaba la escuela y no quería, pero mi padre fue un factor muy importante para que me dejara, al final me decían que pusiera todo de mi parte y que por mi quedara, y pues sí quede”, dijo. “Entrenábamos en El Cerrito y a veces teníamos la posibilidad de ir a El Barrial, y convivir con los jugadores del primer equipo, esto fue en el 2009 estuve cinco meses ahí”, manifestó el originario de El Mante.
Esta fue una experiencia maravillosa para él, pues pudo ver de cerca a jugadores que él vio como ídolos ”entrenar con jugadores estrellas como lo es Humberto ’Chupete’ Suazo, Aldo de Nigris, José Basanta, Walter Ayovi, Víctor Manuel Vucetich, son cosas que otros no vieron y uno se les queda en sus recuerdos, es algo muy bonito”, ilustró.
Primer tropiezo
Cuando todo marchaba de maravilla para el tamaulipeco, la vida le cambió, esto cuando sufrió una dura lesión que lo marginó de los terrenos de juego, pues sufrió una herida del quinto metatarsiano que le impedía continuar con los trabajos normalmente.
“Ya no me dejaba entrenar y abandoné ese sueño, tuve que dejar la ciudad de Monterrey, y me regresé a Mante, sentí feo se derrumban tus sueños además de que estaba en la situación que estaba lastimado no podía jugar al fútbol”, alegó.
Ante esto David dijo que se sentía frustrado, por lo cual, “el apoyo de la familia ellos son mi motor y me ayudaron a salir adelante, me recuperé prácticamente después de eso mi mamá me dijo, “¿Y luego qué vas a ser?”, estuve tres meses así en cama, te aprendes todos los programas de la televisión, no se le desea nadie, le dije pretendo estudiar y ahora sí ir a una ciudad donde haya la posibilidad de ir a la escuela y pues jugar fútbol”, expusó.
Llegó al ‘corre’
Al no poder cumplir su sueño en Monterrey, su primera opción fue Correcaminos, pues estaba cerca de El Mante y además podía llevar sus estudios a la par, “vine a inscribirme a Comercio en la carrera de Administración, todo salió bien, y después fui a preguntar cómo estaba la situación aquí con el ‘Corre’, gracias a Dios se dieron las cosas y pude entrar a Segunda División de la Liga de Nuevos Talentos”, puntualizó.
Ante esto, Crispín se mostró contento, pues tenía otra oportunidad en su vida, pero aún así no fue la mejor opción para él, “la verdad sientes como que vuelves a nacer, a echarles las ganas, aunque no me fue nada bien, lo reconozco, influyen también factores externos, pero yo le eché muchas ganas; sólo duré un año, sucedieron muchas cosas estando en parte del equipo, unas decisiones en las que no estaba de acuerdo, lo cual decidí separarme del equipo”, declaró.
Ante esto, declaró que, “a veces existen decisiones futbolísticas, esto es de gusto en el fútbol, uno tiene sus características, a un entrenador le puede gustar a otros no, a veces sales en un buen día otras veces no, eso ya te afecta por que al siguiente partido ya no sales ni a la banca, fue algo complicado porque tu das todo en los entrenamientos y no obtienes nada”.
Su familia fue un detonante para que no se diera para abajo y continuara con su vida; “uno mismo se tiene que echar porras, si uno mismo no se apoya pues quien lo va a hacer, además de que siempre tengo el respaldo de mi familia, en este caso mi papá y mi mamá que siempre están apoyándome, son las únicas personas que saben lo que me ha costado, el sacrificio, la vida de un futbolista no es nada fácil, por eso los que llegan a Primera División son pocos, por que deben de tener ciertas cualidades, ciertos factores”, habló.
‘Hay talento’
Se tomo el tiempo de hablar acerca de la problemática que tiene los jugadores de Victoria donde dijo que, “existe un grave problema en Victoria, aquí existe mucho talento, tú te vas a ligas locales y te das cuenta de eso, y que pasa con esos jugadores, tal vez no es culpa de los directivos, muchas veces hay jugadores de buenas cualidades pero no les gusta entrenar, son muy indisciplinados, si se empeñaran más yo creo que esta situación cambiaría”, destacó.
Contra esta situación que atraviesa la ciudad el atleta puso alarde el sueldo de los jugadores de Ascenso en Correcaminos donde dijo, “existen factores a veces en el fútbol hay muchos intereses, donde yo creo que si los jóvenes cuando se les da una oportunidad las aprovecharan, esto cambiaría, con un sueldo de los que se les paga a un jugador de Primera División, se le puede pagar a cinco de fuerzas básicas y créeme que sería un excelente sueldo para ellos, y eso tal vez les daría un mejor rendimiento”, aceptó.
El mejor cambio en su vida
La vida de David Crispín Guerrero, dio un giro inesperado, pues aunque no pudo destacar en fútbol, iba a llegar a su vida otro estilo de vida y decidió competir como corredor en competencias locales.
Desde que estaba pequeño veía correr a su padre, por lo que él fue una de las personas que hicieron que se inclinara hacia este deporte, donde todo era desapercibido, no se daba cuenta de que tenía un talento para esta rama.
“El atletismo ha sido una de mis pasiones desde niño he corrido, tengo esa pasión de correr, yo creo que eso viene a raíz de que mi padre me inculcó eso, le gusta mucho correr, y yo recuerdo que él corría, recuerdo que me lleva de pequeño a las carreras y lo veíamos”, subrayó.
En su primera carrera quedó en segundo lugar donde, “la carrera, era en honor al fallecido Rodolfo Torre Cantú, y fue algo así como un pasatiempo, fui a ver como andaba de condición, participé y quedé en segundo lugar, me dieron un premio económico, dentro de mi dije, estoy haciendo algo que me gusta, algo que lo sé hacer bien, porque no practicarlo, y gracias a Dios se me fueron dando las cosas, comencé a juntarme con Juan Azua, y con él empecé entrenar”, resaltó.
Durante un año participó 20 veces y la mayoría fueron primeros lugares para este joven, ante esto explicó todo lo que se tiene que hacer para lograr estar siempre en la cima del triunfo, donde se tiene que sacrificar incluso hasta tiempo con familiares.
“Implica muchos sacrificios, tienes que entrenar mucho, siempre debes de tener en mente que hay alguien mejor que tú, tal vez cuando estés de fiesta, el rival esté entrenando, no hay más que entrenar, es la única forma de salir adelante, a veces hay que sacrificar cosas, fiestas, eventos, pero lo haces con el fin de alcanzar tus sueños”.
Una de sus carreras más difíciles la cual fue una de sus primeras competencias pues fue un medio maratón, “fue algo complicado porque eran mis
segundos 21 km. y había muchos competidores muy buenos, los primeros cinco lugares fueron de ghaneses, después puros mexicanos, y yo llevaba poco tiempo de dedicarme a esto”, describió.
‘Es algo bonito’
Desde que estaba pequeño David Crispín observaba cómo su papá ganaba premios y era un excelente corredor, hoy en día corre con él, algo que nunca se imaginó que iba a hacer por lo que es como un sueño para David.
“La verdad correr con mi papá es algo muy bonito, yo lo veía de pequeño y te das cuenta como el tiempo pasa, en ese momento yo quería estar en su lugar y ahora que lo hago con él, siento una gran emoción”, dijo.
Tener a alguien que sabe del atletismo es bueno porque, “mi padre se dedica a esto, él sabe, siempre está al pendiente de que vaya a entrenar, siempre me cuida de que no me desvele, que descanse bien, para que yo a la hora de entrenar dé lo mejor de mi”, refirió.
De todo se aprende
En ocasiones hay jóvenes que se quedan estancados en sus sueños por no tener oportunidades, ante esto Crispín Guerrero reconoció que estas mismas no te llegan de la nada y las tienes que buscar.
“Oportunidades siempre hay, siempre y cuando tú las busques; soy de las personas que piensa que por algo pasan las cosas, quizás no pude llegar a Primera División en el fútbol, al principio te quedas frustrado, pero son experiencias muy bonitas que se te quedan, si tú luchas se te dan las cosas, todo es a base de esfuerzo”, expresó.
La educación su fuerte
Por último habló que no triunfó en otras ramas pero sí en la educación, actualmente cuenta con una Licenciatura en Administración y una Maestría en Gestión Empresarial, “se me dieron las cosas en la escuela, quizás en un futuro pueda hacer el Doctorado, lo que puedo decir es que no abandonen sus sueños, si te caes no te quedes ahí, hay que intentar, todo hay que hacerlo siempre siendo el mejor, nunca hay que creer que eres el mejor, hay que tener los pies en la tierra”, finalizó.