Por lo menos hasta ahora, una cantidad importantes de migrantes mantenses que por voluntad propia regresan a México, decidieron ubicarse en ciudades fronterizas de Tamaulipas y no de sus comunidades rurales de origen.
Lo anterior lo expresó el señor Martín García Guerrero, de la zona temporalera de El Mante, quien señaló que muchas familias de ese sector del municipio se han quedado con las ganas de reunirse nuevamente con sus familiares, pues estos decidieron retornar a México para no exponerse a la deportación y cuyo riesgo es perder todo el patrimonio de mucho años de esfuerzo y trabajo, pero sobretodos a la separación de la familia que formaron en Estados Unidos.
Asegura que existe un cambio en la manera de pensar del migrante, pues a diferencia de generaciones pasadas cuyo sueño era regresar a sus lugares de origen para invertir sus ahorros en actividades del campo y la construcción de una mejor casa, “en la actualidad se niegan a vivir nuevamente en el campo, quizás porque se acostumbraron a un estilo de vida y simplemente el recuerdo de miseria o malos ratos que vivieron en el ejido les impide venirse nuevamente”.
Mencionó que como él existen muchas familias de los ejidos y poblados de la zona temporalera que se han quedado esperando a sus familiares, y aunque lo han hecho, solamente ha sido temporal, pues han decido hacer vida en ciudades fronterizas como Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, otros más de plano buscan rehacer sus vidas en los estados de Nuevo León, Guadalajara y México.
“En mi caso tengo un hijo que estuvo 12 años en Atlanta, regresó al ejido por unos días y luego nos dijo que instalaría una vulcanizadora en Reynosa, que aquí ya no regresaría a vivir”.