El perro salvaje de las tierras altas de Nueva Guinea, una especie que está considerada un eslabón perdido entre los primeros cánidos y los perros domésticos modernos, ha sido detectado por primera vez en más de 50 años viviendo en lugares de gran altura en la isla de Nueva Guinea, al norte de Australia, según revela la Fundación del Perro Salvaje de las Tierras Altas de Nueva Guinea. Este perro, similar al perro cantor de Nueva Guinea, es “el más excepcional y el cánido más antiguo que vive actualmente”, expresa dicha fundación.
Hasta ahora se conocía la existencia de entre 200 y 300 individuos, todos ellos viviendo en cautiverio, además de dos fotografías bastante creíbles de especímenes salvajes, por lo que se creía que este cánido se había extinguido en su hábitat natural, en el remoto sistema montañoso central de Nueva Guinea.
En septiembre de 2016, y después de tres años y medio de preparación, un equipo de científicos de la Universidad de Papúa llevó a cabo una investigación puntual que permitió detectar indicios definitivos de una población aparentemente sana de perros salvajes de las tierras altas de Nueva Guinea. Los científicos descubrieron huellas, depredaciones, excrementos, dos guaridas, senderos por los que se desplazaban y otros signos característicos de estos animales. Las cámaras finalmente tomaron más de 100 fotografías de al menos 15 individuos, entre ellos machos y hembras, algunas con crías de entre tres y cinco meses, que vivían aislados a unos 3.700-4.600 metros sobre el nivel del mar.
El análisis y secuenciación del ADN de las muestras fecales está en consonancia con el dingo australiano y con el perro cantor de Nueva Guinea. El perro salvaje de las tierras altas de Nueva Guinea es el mejor ejemplo de un cánido viviente después del registro fósil: es anterior a la agricultura humana y no ha sido sometido a la reproducción selectiva impulsada por los humanos.
Con información de National Geographic.