En su primer acción luego de volver del viaje de promoción de Tamaulipas por China, el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca acabó con la polémica que había levantado la recién aprobada reforma al Código Penal del Estado por el Congreso local y le bastó el poder de veto que le confiere su cargo.
Así es mis queridos boes, deben estar enterados que la redacción en la reforma, ojo que fue aprobada por unanimidad, levantó toda una serie de especulaciones y hasta protestas en las redes sociales de periodistas y autonombrados periodistas que insistían en que con las nuevas disposiciones se violaba la libertad de expresión.
Tres días el tema en los grupos de whatsapp y en Facebook y Twitter en los que están organizados comunicadores el tema era el mismo: unos que se sentían martirizados por el nuevo código y los que creen que no era para tanto.
El caso es que ayer muy temprano Cabeza de Vaca acabó con la polémica con un twitazo y más tarde se oficializó el veto a la reforma, a la que solo le faltaba ser publicada en el Diario Oficial del Estado.
«Decidí no promulgar las Reformas al Código Penal de Tamaulipas; se harán ajustes garantizando en todo momento la libertad de expresión», publicó en su cuenta Cabeza de Vaca
Luego vino el boletín que reafirma lo twiteado: «El Gobierno de Tamaulipas está comprometido con respetar el ejercicio libre del periodismo y la libre expresión de los ciudadanos, pero sobre todo, tiene un fuerte compromiso con los tamaulipecos que demandan acciones legales y efectividad de las corporaciones de seguridad, para recuperar La Paz, el orden y la tranquilidad social.
Por tal razón, en uso de sus atribuciones legales, el Gobierno de Tamaulipas ha decidido no promulgar la reforma al código penal, y este próximo lunes 3 de abril, estará presentando al Congreso del Estado los ajustes correspondientes».
Es decir, tan pronto como hoy, el Gobernador, luego de echar para atrás el texto de la reforma les enmendará la plana ¿a quiénes por cierto?
De origen la redacción de la reforma al Código Penal es autoría de la Coordinación Jurídica del Ejecutivo, cuya cabeza y por tanto responsable es ni más ni menos que el respetado abogado Abelardo Perales Meléndez y anoten además la intervención de la Secretaría General de Gobierno donde manda César Augusto Verástegui.
Por esas dos áreas deben haber sonado más fuertes las llamadas de atención del Gobernador, porque, aunque una y otra vez reiteraron que el espíritu de la reforma no era coartar la libertad de expresión, el texto que presentaron evidentemente dio pie a la especulación y la protesta de los periodistas que se sintieron afectados.
Y es que cuando uno le echa un vistazo a la que ha sido la postura de Cabeza de Vaca a lo largo de su trayectoria, nos vamos a encontrar con que siempre fue un crítico del régimen priista que sometía a los medios y muchas veces él fue víctima del manejó dirigido bajo presión de los mismos.
En el 2013, en uno de sus discursos en el Senado dijo: «Resulta necesario defender toda manifestación, opinión y expresión, ya sea a través de los medios tradicionales o de los nuevos medios tecnológicos, esa defensa debe ser un compromiso de todos, de legisladores, de gobierno, de sociedad y de medios de comunicación», añadió.
«Someto a su consideración los siguientes resolutivo: primero el Senado de la República manifiesta su rechazo más enérgico a las amenazas vertidas en contra de los medios de comunicación los periodistas y todos los que trabajan en los medios nacionales y locales». Es decir, evidentemente no está en el ánimo del Gobernador regresar a Tamaulipas a los tiempos en los que se dictaba bajo amenaza la línea editorial de los medios, e incluso a quienes en escritos de análisis firmados en columnas se supone generaban opinión.
Y el boletín de su Gobierno ayer lo insistió: «La esencia de la reforma al Código Penal de Tamaulipas, tiene como objetivo fundamental contar con elementos jurídicos para sancionar conductas realizadas por personas y grupos vinculados con la delincuencia, las cuales atentan contra la paz y la tranquilidad de los tamaulipecos».
Añade el documento: «La reforma tiene como objetivo eliminar el denominado “halconeo”, que se ha extendido en varias localidades como una representación más del crimen organizado, que aprovecha para alertar la presencia de fuerzas policiales o armadas y evitar sus operativos; la reforma también pretende evitar que los servidores públicos de todos los niveles sean exhibidos y se comprometa su integridad física o su vida».
En ningún momento se planteó, insiste, que las adecuaciones tuvieran como fin coartar la libertad de expresión y el ejercicio periodístico, y mucho menos, las acciones de particulares que den a conocer hechos en el momento en que ocurren.
Con el veto a la reforma, Cabeza de Vaca además evita lo que ocurre generalmente con iniciativas polémicas sobre regulación de las redes y que levantan toda una serie de opiniones en contra de analistas nacionales, de organismos como el CIDE, expertos del ITAM y de otras organizaciones que ven en estas polémicas la oportunidad de estar vigentes y sacar raja económica de los mismos.
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