18 diciembre, 2025

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Cintas de terror: trauma de la infancia

Son diez películas las que robaron el sueño de más de un niño, desde ‘El exorcista’ hasta ‘Eso’

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Pronto llegará Eso (It), cuyo tráiler rompió todas las marcas anteriores para consolidarse como el avance más visto en sus primeras 24 horas. ¿Cómo explicar esta respuesta?

Se piensa que el éxito fue favorecido por una terrorífica nostalgia a la miniserie noventera, protagonizada por un escalofriante Tim Curry, que sigue presente en nuestras peores pesadillas. ¡Pero no es el único! Pues por extraño que parezca, son muchas las películas para adultos que marcaron (o traumaron) la infancia de algunos que se atrevieron a verlas.

PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO
(DIR. WES CRAVEN 1984)

Wes Craven siempre brillará entre los grandes maestros del terror, siendo Freddy Krueger su creación más importante. Se trata de un asesino infantil arrestado y posteriormente liberado por un error técnico de las autoridades, lo que provoca malestar entre los padres de la comunidad, quienes deciden tomar la justicia por sus propias manos. Pero la historia apenas empieza, pues el villano regresa para vengarse de los adolescentes del barrio en que operaba, asesinándolos brutalmente en sus peores pesadillas. Muchos creen que Freddy es el mayor exponente del terror ochentero, lo que le convirtió en un personaje sumamente popular entre los pequeños que pretendían adentrarse en el género.

Nivel de trauma: Aunque no hay registro, seguramente muchas madres se quejaron con Wes Craven y su Pesadilla en la calle del infierno, pues sus hijos temían cerrar los ojos ante el pavor de ser visitados por Freddy Krueger, lo que enfureció a los padres de familia.

ROBOCOP
(DIR. PAUL VERHOEVEN, 1987)

Paul Verhoeven nunca ha sido un director familiar, pero algunos de sus proyectos más importantes han generado alto impacto en las pequeñas audiencias. RoboCop es un buen ejemplo de ello: un cyborg policiaco que es empleado para reducir la criminalidad de una Detroit futurista. Suena bien hasta ahí, ¿pero qué tan infantil es? No mucho: corrupción, drogas y altísimos niveles de violencia convirtieron a RoboCop en una de las películas más traumáticas para toda una generación. Y su éxito fue tal, que tuvo una serie animada con todo y simpáticas figuras de acción.

Nivel de trauma: Son pocos los que no vieron RoboCop de pequeños, pero muchos la evitan como adultos.

Y aunque se trata de una estupenda película, ¡los comprendemos perfectamente! A diferencia de otras cintas futuristas, el clásico ochentero nos conduce por un mundo realista donde la violencia extrema es un tema dolorosamente cotidiano. Lejos de preocuparse por el bienestar de los ciudadanos, las autoridades sólo buscan fórmulas para lucrar con estos males.

¿QUIÉN ENGAÑÓ A ROGER RABBIT?
(DIR. ROBERT ZEMECKIS, 1988)

¿Es Roger Rabbit una cinta para niños o para adultos? La respuesta sigue generando debates hasta la actualidad: la trama fusiona todo tipo de dibujos animados con el mundo real, pero también involucra alcoholismo, sexo y asesinatos. ¡Ni siquiera Disney quiso liberarla bajo su estandarte y recurrió a su filial de Touchstone! Pero ni siquiera estas dudas evitaron que absolutamente todos viéramos ¿Quién engañó a Roger Rabbit? de pequeños y la ubicáramos entre los grandes clásicos “familiares” de todos los tiempos.

Nivel de trauma: No es la película más traumática que hayamos visto, pero definitivamente nos marcó de diferentes maneras. Muchos se estremecen hasta la actualidad cuando el Juez Doom, un inolvidable Christopher Lloyd, revela su verdadera identidad: un brujo de peligrosas habilidades, mirada afilada y voz chillona. Otros lloran cuando el zapatito animado es introducido en la mezcla que pretende desaparecer a Toon Town. Finalmente hay quienes no han podido superar su crush con Jessica Rabbit.

POLTERGEIST
(DIR. TOBE HOOPER, 1982)

Aunque el terror ochentero fue particularmente escalofriante, muchos realizadores recurrían al humor para reducir la tensión entre sus audiencias. Tobe Hooper fue una de las pocas excepciones, pues la intensidad de su Poltergeist nunca disminuye, sino que incrementa ante el nerviosismo de las audiencias.

Nuestros aplausos para todos aquellos pequeños que vieron esta escalofriante historia, ya fuera por sus tiernos protagonistas infantiles, la presencia productora de Steven Spielberg, o la idea engañosa de que todos los clásicos ochenteros exploran historias familiares.

Nivel de trauma: Algunos podrían pensar que Pennywise es el único responsable de nuestro temor a los payasos, pero cualquiera que haya visto Poltergeist de pequeño sabe que Tobe Hooper tiene buena parte de la culpa. Después de todo, el personaje tiene una brevísima aparición en el proyecto, pero su recuerdo nos sigue generando nerviosismo ante cualquier juguete de características similares.

El filme ochentero marcó con otros terrores: quizá el miedo a los árboles que se mueven por el viento, a la televisión encendida en la obscuridad o a la posibilidad de que su casa esté construida sobre un cementerio.

Mención aparte para Heather O’Rourke, cuyo trágico deceso sólo consolidó nuestros temores alrededor de la franquicia maldita.

ARACNOFOBIA
(DIR. FRANK MARSHALL, 1990)

La cinta aprovechó elementos del humor negro y el terror para adentrarnos en las desventuras de la familia Jennings, cuya mudanza a un modesto poblado norteamericano coincidirá con la llegada de una cruza arácnida especialmente peligrosa.

Nivel de trauma: Aunque casi todos sentimos animadversión por las arañas, el rechazo incrementó exponencialmente tras la cinta Aracnofobia. Cualquiera que haya visto esta película recordará ese nerviosismo al ingresar sus extremidades en una zona obscura: una vieja caja, detrás de algún mueble o incluso una sandalia. Aunque estos miedos renacen cada que la vemos, la buena noticia es que suelen disminuir con el paso del tiempo.

VACACIONES DE TERROR
(DIR. RENÉ CARDONA III, 1989)

Conocemos toda clase de juguetes malditos, pero un buen cinéfilo mexicano sabe que ninguno superará los temores provocados por la muñeca de Vacaciones de terror. No sabemos a quién se le ocurrió transmitir esta película en horario familiar durante incontables fines de semana y aunque quizás asumiera que la presencia estelar de Pedro Fernández garantizaría grandes alegrías entre los más pequeños, lo responsabilizamos directamente por el trauma generado en incontables televidentes.

Nivel de trauma: Quizá la película de René Cardona III no contara con los mejores valores de producción, pero el recuerdo del objeto moviendo sus ojos para atacar a nuestros protagonistas es suficiente para estremecer a cualquiera. ¡Pero no todo es malo! Si actualmente pueden disfrutar de películas como Puppetmaster, El títere o Annabelle sin problemas, es porque el cine mexicano les preparó para ello.

EL CAMPEÓN
(DIR. FRANCO ZEFFIRELLI, 1979)

¿Recuerdan cuando éramos niños y pensábamos que ninguna película superaría el sufrimiento de Bambi o El rey león? Fue entonces cuando nuestros padres, por alguna extraña razón que aún no comprendemos, nos invitaron a ver El campeón. La película fusiona perfectamente los dramas familiares con las emociones deportivas para narrar la historia de un veterano boxeador que busca regresar a sus viejas glorias. Algunos la recodamos como una joya dolorosa; otros la suprimieron de su memoria por simple salud mental.

Nivel de trauma: El campeón es la película más triste de todos los tiempos o al menos eso señalan incontables encuestas y estudios científicos.

¡No es broma! Profesores de la Universidad de California – Berkeley concluyen que la secuencia final es tan tortuosa que bien puede emplearse para experimentos sobre salud mental en gente con problemas de depresión. Y lo entendemos perfectamente, si alguien no lloró cuando el pequeño TJ imploraba “despierta, campeón” es sencillamente porque no tiene corazón.

EL EXORCISTA
(DIR. WILLIAM FRIEDKIN, 1973)

Han pasado casi 45 años de su estreno y El exorcista aún ostenta el título a la película más aterradora de todos los tiempos. Por ello, no sorprende que el filme dirigido por William Friedkin represente un auténtico desafío para los pequeños cinéfilos que buscan superar la prueba de fuego en el género. Muchos la superan con éxito, otros se arrepienten por un buen rato.

Nivel de trauma: Algunos dicen que El exorcista ha perdido impacto desde su estreno, ya sea por la evolución de los efectos visuales, el exceso de películas demoniacas o la sobreexplotación a la imagen de Linda Blair. Sin embargo nadie puede negar que el filme setentero mantiene elementos suficientes para sembrar el pánico entre las audiencias, pues además de su brutal posesión, explora terrores psicológicos como pocos proyectos. Si no nos creen, sólo pregúntenle a Gina Frost, mujer de 60 años de edad y con una vida relativamente normal que fuera diagnosticada con estrés post-traumático tras sufrir toda clase de visiones sangrientas. ¿La razón? Vio El exorcista cuando tenía 18 años y aún no ha podido superarlo.

ESO
(DIR. TOMMY LEE WALLACE, 1990)

Aunque la miniserie noventera fue respetuosa con la novela original de Stephen King, su director Tommy Lee Wallace disminuyó considerablemente los niveles de violencia gráfica. Los resultados fueron confusos para todos: una historia hostil que toca temas como asesinatos, violencia, secuestro y abuso infantil, pero catalogada por muchos como una aventura juvenil ante sus pequeños protagonistas.

Nivel de trauma: ¡Enorme! La miniserie era habitual en la programación noventera y ni siquiera los miedos impedían sucumbir ante sus encantos. No sorprende que el viejo Pennywise se convirtiera en elemento recurrente de nuestras peores pesadillas, al grado que su simple imagen nos sigue generando nerviosismo en la actualidad. Millones de aficionados quedaron traumados por el exquisito trabajo de Tim Curry.

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