19 abril, 2025

19 abril, 2025

El Hidalgazo…. tradición local que se esfuma

A principios del siglo pasado, pasear por la calle Hidalgo era tradición familiar, día de compras y de vestir bien para la ocasión

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La tradición comercial de la calle Real, hoy conocida como Calle Hidalgo, nos remonta según historiadores, hasta el Siglo XIX, cuando los primeros establecimientos se asentaron en esta vía que a más de cien años de haber iniciado su vida mercantil, se mantiene vigente, aunque ha sufrido modificaciones.

Este eje se convirtió en la vía principal donde se daba la mayor derrama económica en la ciudad, debido a que era tránsito obligado del tranvía que transportaba tanto a personas, como insumos, desde la estación del Ferrocarril, hasta el parían, hoy conocido como el Mercado Argüelles.

Cuadra por cuadra, los victorenses encontraban en tiendas con grandes mostradores lo que necesitaban, desde ropa, zapatos, hasta la despensa; los dueños siempre dispuestos en dar crédito a la palabra, pues entre menos de 20 mil habitantes compartiendo hogar en la perla tamaulipeca, la confianza fue el común denominador que prevaleció durante casi todo el Siglo XX.

En el 9 y 10 Hidalgo se asentó la tienda “La Fortuna”, propiedad de don Domingo Kuri, establecimiento que proveía de múltiples artículos a las familias de la ciudad, quienes acudían diariamente, pero sobre todo los fines de semana se convertían en una auténtica verbena.


La calle 10, en los años treintas

Fue así como el ‘Hidalgazo’ se convirtió no sólo en una vuelta por compromiso para surtir la despensa, comprarse los zapatos nuevos o saldar una deuda, sino también en el corazón de las relaciones sociales de la ciudad, a donde el padre de familia acudía orgulloso a abonar o liquidar a la cuenta, situación que al ser acompañado por su familia, servía para fortalecer su historial crediticio pues, eso confirmaba que era un hombre de casa.

“La Carolina” de Diego Vidal, fue otro de los establecimientos que cobraron fama en esta calle principal, asentada en la esquina del 11 Hidalgo, donde su propietario era quien despachaba y estaba al pendiente de quién entraba y quién salía, siempre con un carácter muy especial que permitía el respeto a su casa comercial.


Así lucía en la esquina del 11 Hidalgo La Carolina de Don Diego Vidal

Al paso del tiempo hemos visto ir y venir tiendas de todo tipo, incluso actualmente algunas de prestigio nacional que han desplazado a los negocios propiedad de familias de mucho arraigo en la ciudad e incluso transformando la arquitectura de la que fuera la calle más bella de Victoria.

Hoy, los vendedores ambulantes se adueñan de las banquetas, el estruendoso ruido de música a todo volumen que suena entre los vendedores de música pirata que compiten por llamar la atención, contrasta con la vida de otros días donde los dueños de los locales acostumbraban barrer desde temprano el frente del negocio y saludar con un ‘buenos días’, a los transeúntes.

Muy pocos establecimientos han sobrevivido al paso de los años. La Armería Hinojosa en el 15 Hidalgo solamente resguarda su fachada y el que fuera un anuncio luminoso, que muestra su teléfono a dos dígitos imponiendo dos modas, la publicidad llamativa y la fácil comunicación a través de la atención telefónica a sus clientes.

Enfrente la Mueblería Villarreal Caballero, a unas cuadras los negocios de la familia Assad, como la primer tienda departamental de Victoria: Maxi Centro, una tienda que al entrar tiene ese aire de los establecimientos que promovieron la modernidad y comodidad para sus clientes, mismos que hoy se ven antiguos pero bien conservados, desde aparadores, escaleras y sus probadores de ropa.

Su sistema de crédito, aún como en aquellos años, a la palabra, aunque presentando un documento que avale su identidad.

La Primavera y La Nueva Primavera, con ropa principalmente de caballero, los trajes y las guayaberas, incluso las finas camisas para una cita con la formalidad que merece.

Y uno de los negocios más antiguos no solo de esta calle sino de toda la ciudad, la Botica Central, en el 13 y 14 Hidalgo, fundada en 1909.

Las Tres Cafeteras, Las Novedades y Las Cuatas Marcos, tiendas que de recordarlas, llenan de nostalgia a quienes conocieron la de Hidalgo en una época que nos evoca tardes de romanticismo, de paseo con los amigos y la unión familiar.

En la Casa Filizola se asentó la Mueblería Medina, de los hermanos de mismo apellido, personajes recordados por el misterio que siempre envolvió a esta familia con delirios de persecución, pero que por años en éste y sus demás negocios, surtían de ropa y zapatos a cientos, quizás miles de familias
victorenses.


Aspecto de la Hidalgo, en 1950

De ahí se acuñó una frase que se popularizó en Victoria por muchos años y hasta la fecha, todavía escuchamos a los mayores pronunciarla; “A Dios le debo la vida y los zapatos a Juan Medina”.  

Hoy entre bancos y cajeros, tiendas de conveniencia, cadenas comerciales nacionales, franquicias farmacéuticas y seis cuadras tapizadas de ambulantes, la calle Hidalgo mantiene su vida comercial iniciada hace más de cien años, aunque eso sí muy diferente; ahí, sobreviven los recuerdos y los valores promovidos por familias que no sólo han brindado moda y muebles a los victorenses, sino también fuentes de trabajo a lo largo de años que le han dado prosperidad a la bella y pujante perla tamaulipeca.

Facebook
Twitter
WhatsApp