22 abril, 2025

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Reitera compromiso

Enroque

El problema que enfrenta ahora el PRI, tanto de cara a la sucesión presidencial del 2018 como de otros procesos electorales, no es la falta de candidatos capaces, los tiene y le sobran hasta para repartir, sino las siglas del partido y la mala imagen del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

En el Estado de México, por ejemplo, el priista Alfredo del Mazo luce, comparado con la profesora Delfina Gómez Álvarez y la panista
Josefina Vázquez Mota, más hábil y experimentado, lamentablemente, el rechazo de miles de ciudadanos al Revolucionario Institucional a causa del nulo combate a la corrupción y la impunidad, el aspirante al gobierno mexiquense se encuentra en serios apuros para ganar los comicios del 4 de junio.

Por primera vez en 86 años de hegemonía política priista, el aspirante del tricolor al cargo de Eruviel Ávila no es, como en las contiendas que precedieron en la entidad mexiquense, amplio favorito para ganar la elección estatal.

Como en la tierra de Atlacomulco, en la carrera rumbo a los pinos también hay figurones, Miguel Ángel Osorio Chong, lo mismo que Luis Videgaray Caso, Antonio Meade Kuribreña y demás presuntos presidenciables, son unas chuchas cuereras, en donde los pongas, son todólogos, se las saben de todas, todas.

El mencionado en segundo término, por ejemplo, fue Coordinador de Políticas Públicas, luego Secretario de Hacienda y más tarde de Relaciones Exteriores, mientras que Meade ha sido Secretario de Desarrollo Social, Secretario de Energía, Canciller y actualmente se desempeña como el responsable de las finanzas del país.

No incluimos en la lista de los presidenciables destacados al Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, porque, desde la percepción popular, el titular de la SEP es sólo un figurín que llegó al cargo, no gracias a su capacidad y atributos profesionales, sino a su amistad con el primer mandatario de la República.

El Secretario de Salud, José Narro Robles, en cambio, da pena.

Resulta desafortunado que de Rector de la UNAM haya pasado a matraquero del PRI, como algunos le llaman, y tirado a la basura el prestigio de solvencia profesional, pública y moral que logró cuando estaba al frente de la Universidad, en el momento en que aceptó la invitación del gobierno federal para incorporarse al gabinete presidencial y que en estos momentos, como otros integrantes del cuerpo de colaboradores del señor de los Pinos, anda promoviendo el voto a favor del primo hermano del presidente.

El que, por otra parte, peca de ingenuo, es AMLO. Denunciar ante la opinión pública que el gobierno federal se ha volcado a apoyar, como a otros aspirantes a gobernadores, la candidatura de Alfredo del Mazo, no es ninguna novedad. Así lo ha hecho siempre y eso, como la compra del voto, no va a cambiar en tanto las autoridades electorales no cumplan con la función que tienen asignada.

En la elección presidencial del 2012, el derroche de recursos económicos que apoyaban la candidatura de Peña Nieto contrastaba con las de los contrincantes, no obstante, según el IFE, el único candidato que rebasó los topes a los gastos de campaña fue el Peje, resolución que para lo único que sirvió fue para provocar risas lo mismo que reacciones de incredulidad de la sociedad que había sido testigo de la carretadas de dinero a las que se echó mano para impulsar al entonces abanderado de los priistas.

Cambiando de tema, como lo hizo el día en que tomó posesión del cargo, el uno de octubre del 2016, el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca reiteró el domingo, esto durante el acto de elección de los nuevos delegados estatales de Acción Nacional, que encabezó, que a unos días de que se cumpla un año del triunfo que puso fin a más de ocho décadas de priismo en Tamaulipas, hará un gobierno del que los panistas se sientan orgullosos.

Como es natural, los asistentes le aplaudieron, sin embargo, afuera del PAN lo la gente confía en que el señalamiento del Jefe del ejecutivo estatal no quede sólo en retórica del poder, como sucedió a los largo de los días y los años de los sexenios del PRI, y que las palabras del nativo de Reynosa se traduzcan en hechos pero que no tarde mucho tiempo porque de lo contrario podrían resurgir el desencanto y el voto de castigo en las urnas.

Porque de palabras y buenas intenciones, 86 años fueron suficientes y los tamaulipecos ya se encuentran cansados como para seguir esperando.

jlhbip2335@gmail.com

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