CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Es de voz varonil, pero con la delicadeza para explicar lo que necesitan oír las decenas de mujeres que sufren por no saber cómo se encuentran sus familiares reclusos en el penal de Victoria; es “Denisse” quien alza la voz al sentir amenazada la integridad de los internos, incluido su pareja, que purga una condena al interior de la cárcel de Tamatán.
Apareció en escena desde marzo, cuando se registró la fuga masiva de los 29 delincuentes y dando de manotazos a la reja del acceso principal demostró el carácter que sus compañeras de dolor identificaron como liderazgo, desde entonces figura como la referente de quienes claman ayuda desde afuera cuando se abre fuego en los motines y enfrentamientos que se han registrado a últimas fechas.
En este nuevo episodio de violencia no podía faltar.
El martes no le importó ensuciar su atuendo, ni despeinar su cabellera teñida con “rayitos” rubios para tratar de impedir el paso de la unidad de traslado de la policía estatal y se tiró al suelo para interponerse en el camino del pesado camión.
Ayer permaneció estoica en la calzada de Tamatán, las redes sociales no la perdonaron y en cada transmisión se le aclamaba; en el lugar de los hechos ni se diga, es una mujer respetada.”¡Denisse para presidenta, Denisse para presidenta!”, la aclaman sus seguidoras.
Es quien calma los ánimos, organiza las filas, habla ante los medios, pone su hombro para que quienes sufren, lloren.
Presionó hasta que les permitieron ingresar; entró, vio y se preocupó. Afuera denunció que la quisieron detener, pero supo defenderse. Salió y rompió en llanto, pues afirma que en el penal “las cosas no están bien”.
Así es “Denisse”, tan frágil y tan fuerte a la vez.