El hombre está en problemas: a pesar de que se mantiene como cabeza de un equipo que busca reivindicarse ante los mexicanos, es hora que simplemente no convence. Para unos ha cometido graves errores y carece de posibilidades para llegar al anhelado campeonato. Para otros, Osorio es una especie de mal necesario, dueño de un estilo propio. El problema es que, en las recientes jugadas, se ha visto que no controla el partido y sus triunfos casi huelen a derrotas. ¿Llegará Osorio a la gran final? Difícilmente. En las últimas entrevistas se le ha visto con rostro de pesadumbre. Sabe que en los próximos días, podría escribirse su fracaso.
Se rumora que el principal problema de Osorio, es el fuego amigo. Y es que en este escenario de las patadas profesionales, el dueño del balón no siempre apoya a quien trata de hacer valer su propio juego. En resumidas cuentas, por más bonita que se vea, la cancha no está pareja.
¿Usted sabe de quién le estoy hablando? Yo tampoco. Sólo sé que se trata de un juego de gemelos, donde las fronteras del fútbol y de la política, se diluyen y ambos temas se convierten en una sola angustia.
El partido, los jugadores, el triunfo o la derrota. Tantas horas, tantos días, trabajando en un solo proyecto, para que al final, todo se derrumbe.
Habrá que espiar a los rusos, si queremos ganarles. Habrá que dejar de espiar a los periodistas, si no queremos meternos en problemas mayores, a los que ya existen sobre la cancha política del país.
Juan Carlos y Miguel Ángel; Miguel Ángel y Juan Carlos…dos estrategias, dos rostros de la pasión, jugando en el filo de la navaja.
Y en el centro de este tiempo, un solo Osorio, como símbolo de complejidad, y de misterio.
¿Ganará, a pesar de las faltas que le han cometido y de las tarjetas amarillas?
¡Ya falta poco para saberlo!
Almaracistas, hechos de concreto hidraúlico
Canteras, hornos, reacciones químicas, y la fragua de minerales y de ácidos, fueron el pesebre del producto industrial más notable de la modernidad urbana en el mundo. El cemento fue inventado en 1824 en Inglaterra. La pequeña Isla de Portland, le dio su nombre y sus suelos calizos, viajeros de la edad jurásica, fueron sus genes más notables. Son las mismas piedras que se erigen en las paredes del Palacio de Buckingham. Al igual que la monarquía británica, el Cemento Portland, sigue siendo sinónimo de poder y de larga vida. Las calles de ciudad Victoria, construidas a base de sólido hormigón, son hoy por hoy, la credencial más notable de Óscar Almaraz. Los almaracistas, están hechos de concreto hidráulico.
El panpriato y el hijo de nadie
Desde Aída Zulema, la añeja subsidiaria del PRI estatal, pasando por algunos legisladores del mismo partido, hasta llegar al grupo variopinto de aspirantes a la sucesión del edificio de tres colores, entre todos ellos, existen sospechas mutuas, de que, cobran en la nómina de los vientos.
Solo así se puede explicar el silencio de muchos de ellos, pero también, este amor en lo oscurito puede ser el leitmotiv de las
recientes escaramuzas y disputas por hacerse de la dirigencia estatal.
La guerra de los priístas es por la lana, que por la vía de las subvenciones les están inyectando los panistas, tal y como en su momento los gobiernos del PRI, operaron entre las filas de Acción Nacional. Se trata de la misma obra, sólo que los papeles y los personajes, están invertidos. Han hecho a un lado los principios y la ideología.
Muchos priístas tamaulipecos, sobre todo los que están cerca del PRI estatal, han decidido de plano cohabitar, en la alcoba azul. De este acostón político, entre hormonas azules y tricolores podría nacer el hijo bastardo que tomaría las riendas del partido del boulevard.
Dicho dirigente estaría llamado a ejercer la más burda simulación, franqueándole el camino al PAN rumbo al 2018 en Tamaulipas. Buscan adueñarse del changarro del PRI, para vendérselo sin recato al PAN, tal y como ahora lo hace Aída Zulema.
De ese concubinato entre dos partidos aparentemente rivales, está por llegar al mundo, una criatura política, de naturaleza híbrida, llamada a jugar un triste papel en la comparsa política de los acuerdos a trasmano.
La era del Anti PRI, podría surgir de un momento a otro. El PANPRIATO, y el hijo de nadie.
Abajo, en las llanuras tricolores, los correligionarios de origen modesto, que no nacieron en cuna de seda, sólo son mudos espectadores de la agria disputa por el dinero y los privilegios.
El centro político del país, sigue abandonando al priismo de Tamaulipas a su suerte. Los panistas tamaulipecos, ya se dieron cuenta, y están dispuestos a adoptarlos.
Los necesitan para enfrentar a López Obrador, en el 2018.