MÉXICO.- Un peluche puede ser algo irrelevante para un adulto. Y, sin embargo, lo más importante del mundo para un niño. Sobre todo para un niño que no siempre puede tener los juguetes que desea. Leon es un niño británico de 10 años que vive en las afueras de Liverpool y que se enamoró profundamente de un gran oso panda de peluche que vio en los pasillos de un supermercado. Pero su madre en aquel momento no podría comprárselo.
Fue entonces cuando la tuvo la genial idea: tras arrancarle a su madre la promesa de que le compraría el peluche tras el siguiente día de paga si se portaba bien, buscó una caja vacía, metió en ella al peluche de sus amores y escribió en el dorso un conmovedor mensaje:
“Mi madre no tiene suficiente dinero para comprarme a Pandy, así que me lo comprará el próximo 15 de junio. Por favor, no lo compren, me haría llorar. Muchísimas gracias. El esperanzado futuro propietario”.
Al encontrarse semejante mensaje los trabajadores de la tienda se sintieron conmovidos y decidieron comprar el peluche y buscar al niño. Uno de ellos, el encargado, David Bateman, decidió hacer fotos del panda y la caja y colgarlas en Internet para pedir que les ayudasen en la búsqueda del “esperanzado futuro propietario”.
Finalmente, su madre, Debbie Ashworth, vio la publicación y reconoció la letra de su hijo. Ashworth rememora el día que visitaron el supermercado y que su hijo le pidió el panda, cómo lo apartó y lo mteio en una caja. “No vi lo que había escrito. No pensé mucho sobre ello y creía que alguien habría recolocado al panda en la estantería, simplemente”, comenta en uan publicación de la cadena de supermercados.
Cuando Debbie regresó con su hijo al supermercado todo eran sonrisas a su alrededor. Los empleados le hicieron entrega de Pandy y se mostraron felices de poder haber cumplido el sueño del niño. Y el pequeño le dijo a su madre al salir de la tienda que había sido uno de los mejores días de su vida.
Debbie Ashworth, de 36 años, es enfermera de cuidados intensivos y vive junto su marido, Paul, el pequeño Leon y otros dos hermanos, Troy, de once, y la pequeña Jennifer, que tiene siete años. Para todos ellos este ha sido un gesto muy especial.
Con informacion de Tu Otro Diario.