MÉXICO,. Hoy en día la capacidad de batería que caracteriza a un smartphone se ha vuelto de vital importancia. Tener un dispositivo inteligente en nuestras manos es tan común como ir al baño, por lo que tener durabilidad y rendimiento son dos aspectos elementales a tomar en cuenta al momento de adquirir cualquier producto.
Ya se han hablado de múltiples métodos a través de los cuales la gente podría generar energía sin la necesidad de recurrir a un cargador ordinario. Sin embargo, la posibilidad de poder cargar un dispositivo con nuestro propio cuerpo… sí es una novedad digna de destacar.
Imagina que te encuentras en medio de la nada; en una isla, un bosque o, sin ponernos románticos, en medio del tránsito sin un cargador a la mano, pero con la posibilidad de utilizar tu cuerpo como fuente de energía, pero ¿qué implicaciones tendría que eso sucediera?, ¿cómo podría convertirse en realidad?
Desde hace años, nuestros dispositivos se han hecho cada vez más pequeños y rápidos, pero el problema de la batería no se ha podido solucionar a pesar de todo el avance tecnológico que ya tenemos. Es una realidad que las baterías son la columna vertebral de cualquier sistema electrónico.
Que un dispositivo sea bueno es directamente proporcional al rendimiento de la batería, por lo que las compañías se han visto comprometidas a mejorar la capacidad; sin embargo, hemos visto algunos escándalos tecnológicos en los que ciertos dispositivos han explotado o han provocado lamentables incidentes, así que no se trata de un aspecto tan sencillo.
Una solución que podría ser viable es cargar los dispositivos con tan sólo energía cinética o de movimiento y el calor de nuestros cuerpos. Por supuesto, aún tendremos que esperar mucho para poder desapegarnos de nuestros cargadores, pero científicos alrededor del mundo ya se encuentran trabajando en esto junto con algunas compañías.
Para muchos investigadores, la mejor fuente de energía es el calor corporal y la generación termoeléctrica; esta última trabaja porque nuestros cuerpos siempre están a diferentes temperaturas, si tomamos en cuenta al ambiente y el interior anatómico. La diferencia de ambas temperaturas es la que genera energía que podría poner en marcha algunos dispositivos.
Aún no hay nada seguro, ni ninguna certeza, pero es un hecho que utilizar nuestro cuerpo para llenar de energía nuestros dispositivos podría estar a la vuelta de la esquina. Además, es interesante ver que este tipo de estrategias surjan en campos tan fundamentales como la medicina.
Con información de Uno Cero.