Está científicamente comprobado que a los políticos no les importa el país sino la situación personal, de sus familias y sus partidos. Esto incluye por supuesto a la clase gobernante. Por ello la problemática fundamental no se resuelve.
Las cifras impactan: INEGI señala en uno de sus últimos informes que el 80 por ciento de las familias padecen algún tipo de pobreza y el 25 por ciento alcanza niveles extremos; dos de cada tres mexicas desconfían de los cuerpos policíacos y en la misma proporción se consideran inseguros, en tanto el desempleo afecta al 20 por ciento de la población total (y va en incremento). Y respecto de la alimentación ni cómo ocultar que se importa el 60 por ciento de los productos de la canasta básica. Y si le seguimos no acabaríamos.
Los anteriores son ejemplos de que el país “está quebrado” a pesar de los discursos oficiales que insisten en simular una realidad que abruma, rebasa y amenaza convertir a México en un país de indigentes en el mediano plazo. Digo, si es que no se toman medidas en verdad radicales que logren evitar los excesos del poder.
En este sentido olvide los presuntuosos “sistemas anti-corrupción” que apadrinados por la clase política sólo son modas para buscar y encontrar “chivos expiatorios” que encubran ese terrible cáncer llamado impunidad.
El asunto es que los problemas no se resuelven, al contrario, permanecen y se agravan como evidencia de que la república está huérfana de autoridad y por consecuencia de políticos que hagan buen uso de las instituciones, es decir, que las utilicen a favor de los gobernados y no en beneficio propio, de sus familias y sus partidos, como hasta ahora ocurre.
Y en estos afanes el supremo gobierno utiliza el populismo que tanto critica, como una forma de engaño inmediato: reparte “despensas” cuyo costo no rebasa cien pesos en acciones que bien sirven al lucimiento pero que apenas calmarán 24 horas el hambre de una familia…si es que la calman, si no psss no. ¡Ah!, pero que también cuenta para efectos electorales del partido en el poder. De igual manera entrega pequeñas cantidades de dinero a los ancianos en presunto gesto paternal no sin antes hacerlos cruzar por terrible viacrucis ante la soberbia oficial que por lo general ocultan los medios de comunicación destacando sólo “el acto solidario” de funcionarios en busca de votos. Y la sonrisa del político desde luego, que contrasta con la tristeza del humilde anciano quien sabe lo utilizan pero que estoico y resignado sufre la humillación.
¿Y qué tal el anuncio ocasional de disminución del costo de la energía eléctrica un mes para dispararla el resto del año?. Y ¡órale! con un “seguro popular” que legaliza la muerte cuando falta atención y medicamentos.
Quedamos en que como muestra inequívoca de antidemocracia e injusticia social a los políticos “les vale mother” el país cuando su objetivo no va más allá de la situación personal, de sus familias y sus partidos. (Y ni modo que sea invento). Es la razón de que la república se encuentre herida de muerte.
Defensa de la educación pública
Vibrante, emotivo y con profundo sentido humanista fue el discurso del profe Rigoberto Guevara Vázquez durante la ceremonia de graduación de la Benemérita Normal de Tamaulipas el viernes anterior. Ahí, ante funcionarios del ramo y otras autoridades, el líder magisterial realizó apasionada defensa de la educación pública que le valió el aplauso y reconocimiento de egresados de las diversas generaciones e invitados que abarrotaron el Polyforum de la capital del estado.
En forma directa y valiente Rigo destacó el valor del maestro formado a la sombra de las instituciones, su preparación y capacidad para acudir a donde sea necesario con la convicción del papel que le toca desempeñar dentro de la comunidad.
Relató su historia personal a partir de la modesta condición campesina que le impulsó para cumplir con eficacia el compromiso adquirido en las aulas conduciéndolo a la vez hacia tareas relacionadas con la lucha sindical que lo ubican ahora al frente de la sección 30 del SNTE, sin embargo consideró como ejemplo más alentador para las nuevas generaciones que van al encuentro de su destino, el esfuerzo realizado por cientos de maestros cuya presencia en el evento dieron el toque nostálgico toda vez que algunos de ellos cumplían más de cincuenta años de egresados de la institución.
El mensaje de Rigo fue impactante no sólo por su contenido humanista e ideológico sino porque alerta sobre el peligro en que se encuentra la enseñanza pública, gratuita y laica ante modelos que quizá no corresponden a la idiosincrasia de la sociedad mexicana toda vez que persiguen objetivos globalizantes y ajenos a la historia que ha construido nuestro gran país.
Por su parte, el columnista está cierto de que las palabras del líder sindical también significan la defensa del apostolado magisterial minimizado, perseguido, acosado y arrinconado a su más baja posibilidad de sobrevivencia. Es, para decirlo pronto, el funcionario público peor tratado a pesar de su delicada misión.
Aquí cabe la pregunta, ¿por qué el poder teme tanto al maestro?…elemental, por la sencilla razón de que es un líder natural en la comunidad a la que va a servir. Nada más por eso, digo yo.
Y hasta la próxima.




