ALTAMIRA, Tamaulipas.- A setecientos cincuenta y dos productores de tomate se redujo la plantilla de agricultores para el ciclo 2017 en la zona rural del municipio de Altamira.
Toribio Cruz González, dirigente de la Unión de Agricultores Social, advierte que hasta 2016 sumaban mil cuarenta y seis productores, es decir un aproximado de un 40 por ciento menos.
La ‘retirada de los campesinos de la cosecha, es porque el costo durante el presente año se cotiza en 70 mil pesos por hectárea y a riesgo de obtener apenas una recuperación de la ganancia y apenas un margen de ganancia.
El kilogramo de tomate vendido de manera directa al introductor o intermediario se paga en cuatro pesos máximo.
La cifra, provoca que muchos de los productores desistan de la idea de seguir en el cultivo de la legumbre.
“No le entraron este año, porque no hay precio. NO hay condiciones para que el tomate se venda bien. Como en otros años, a ocho o diez pesos,, ahora lo quieren pagar a lo que sea”.
Los introductores amagan con la posibilidad de encontrar el tomate de importación en ‘centavos’ por kilogramo.
“Se cayó. La verdad es que son cultivos muy, pero muy caros y desgraciadamente ya cuando está el cultivo, no hay precio y es un problema para los productores. Deja pérdidas cuantiosas y pues ya la raza no quiere sembrar”.
Los agricultores aprovecharon durante la última semana que mejoraron las condiciones de humedad para sembrar y comenzaron el resto a preparar la tierra para continuar con el ciclo.
Se espera que al menos 25 mil hectáreas de tierras de cultivo se utilicen para sembrar tomate en 2017.
Los productores esperan que se pueda legislar para aprobar un precio mínimo por kilogramo.